El acogimiento familiar es una medida puesta en marcha en 1989 desde la Consejería de Familia y que permite a los niños y las niñas que han sido separados de su familia de origen por diferentes motivos, y que están tutelados por la Administración, crecer en un ambiente familiar estable durante un tiempo determinado. El objetivo final es el retorno con su familia de origen y en caso de que este no sea posible, se buscan otras alternativas familiares más estables.

Hay distintas modalidades de acogimiento dependiendo del tiempo. La temporal, que es de hasta dos años, la permanente con una mayor estabilidad con posibilidad de estar hasta los 18 años y familias que acogen a niños con necesidades especiales. En Segovia, al término de 2023 había 35 menores en acogimiento residencial y otros 35 en entornos familiares. De estos últimos, 5 estaban en situación de guarda con fines adoptivos.

Cruz Roja tiene la encomienda de la Consejería de llevar a cabo ese proceso. Reciben la solicitud de las familias interesadas que, a partir de ahí, van pasando fases en función de los requisitos, para formar parte de la bolsa existente. Se tienen en cuenta las necesidades de cada niño, a las familias que confirman que quieren dar el paso se les forma de manera específica y se valora, con una visita al domicilio y una entrevista en profundidad, como ha relatado en declaraciones a COPE Segovia la psicóloga del servicio de acogimiento familiar de Cruz Roja en la provincia, Silvia Esteban.

Esa entrevista en profundidad determina, por ejemplo, que la vivienda reúne las condiciones y el espacio adecuados o que el núcleo familiar cuenta con la estabilidad necesaria, tanto en conjunto como en cuanto a sus integrantes. Hay que ser mayor de edad y preferentemente con más de 25 años para formar parte de esa bolsa de familias dispuestas a acoger. La experiencia de Cruz Roja en Segovia es que no hay un perfil concreto. La heterogeneidad es la tónica.