Comenzamos, como cada semana, con un editorial en el que revelamos que más de ocho millones de contribuyentes confían en la labor de la Iglesia. Así se desprende del informe que recoge los datos de la asignación tributaria registrados a favor de la institución en la Declaración de la Renta de 2020. Un informe que también refleja un aumento de 106 mil declaraciones en favor de la Iglesia y un incremento cercano a los 17 millones de euros en la cantidad destinada por los contribuyentes. En nuestra Diócesis, si bien el número de declaraciones en favor de la Iglesia se ha reducido en más de un centenar, el importe asignado se ha incrementado en más de 85 mil euros, lo que permitirá contar con más recursos para seguir con una labor que redunda en beneficio de toda la sociedad.

Hay que tener en cuenta la campaña de la renta tuvo lugar coincidiendo con los meses más duros de la primera ola de la pandemia y con el esfuerzo de la Iglesia por multiplicar su presencia y su atención a los colectivos más perjudicados. Por eso, estos datos ponen de manifiesto el respaldo social y personal a la labor desarrollada por la Iglesia en este tiempo, institución que sigue demostrando su cercanía con los que sufren y continúa con su vocación de informar del bien que supone la presencia de la Iglesia en todos los ámbitos.

Uno de esos ámbitos de la Iglesia es el de los laicos, cuya labor es esencial para el total funcionamiento de la institución. En nuestra Diócesis de Segovia, la delegación diocesana de Apostolado Seglar retoma su trabajo para continuar poniendo «en salida» al Pueblo de Dios («Pueblo de Dios en salida» fue el lema del Congreso de Laicos de 2020) con la segunda de sus tres sesiones formativas. De ella hemos hablado con dos de sus ponentes: Ángel Anaya, miembro de la delegación del Camino Neocatecumenal; y Sonia Sanz, directora del Centro de Orientación Familiar (COF).

Ángel nos recuerda que el objetivo que se persigue con estas jornadas es alimentar esa necesidad de formación que tenemos todos los cristianos, no solo en conocimientos, sino ampliable a las experiencias y vivencias personales. En definitiva, lo que la delegación busca con estas sesiones es orientarlas a fomentar un nexo entre cristianos, a fomentar la comunión.

La idea es seguir la estela del Congreso de Laicos que, con gran éxito y repercusión, celebró la Iglesia española en febrero de 2020. Así, se pretende dar continuidad al espíritu que nació de ese encuentro con esta segunda sesión en la que se aborda la formación y el acompañamiento. Anaya recuerda que es importante ser conscientes de que «todos necesitamos acompañar y ser acompañados» porque la vida cristiana ha de desarrollarse en comunidad.

Por su parte, Sonia Sanz remarca que la labor de acompañamiento del COF tiene un marcado carácter psicológico. Noelia Bravo, psicopedagoga, y Pedro García, psicólogo, son los encargados de atender las necesidades de aquellos que acuden al centro. Niños, matrimonios, parejas separadas, parejas rehechas… en definitiva, personas con un dolor enorme que hay que reparar con una serie de pautas que ayudan a ser conscientes de que todos tenemos alguien que nos acompaña y nos cuida.

Sobre todo en estos tiempos, en los que la situación da para acompañar, y mucho… en unos momentos en los que se habla de que la posible cuarta ola de la pandemia no sea una réplica de las anteriores, sino que será la de la salud mental. Por eso, Sonia nos recuerda la importancia de ser conscientes de que existen centros y personas como el COF y su equipo, con los que abordar nuestros problemas desde el anonimato para, todos juntos, superar cualquier obstáculo.