Suspendido el juicio por el desahucio de las exmonjas de Belorado previsto para el 13 de mayo
Las exmonjas de Belorado han solicitado la recusación de la jueza del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Briviesca al entender cuestionada su imparcialidad, algo que deberá resolver la Audiencia Provincial de Burgos
Las ex monjas clarisas de Belorado acuden a declarar al juzgado de Briviesca
Burgos - Publicado el
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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Briviesca ha suspendido el juicio por la demanda de desahucio de las exmonjas de Belorado, previsto para el 13 de mayo, al presentarse una recusación contra la jueza que deberá resolver la Audiencia Provincial de Burgos.
Así lo ha informado el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que no ofrece más detalles sobre nuevas fechas que puedan hacer continuar el proceso.
Precisamente este 8 de mayo se cumple un año desde que un grupo de monjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado (Burgos) firmara el denominado manifiesto católico con el que anunciaban su ruptura con la Iglesia. Aquel texto, junto con una carta explicativa, no se hizo público hasta el día 13, pero marcó el inicio de un cisma que todavía hoy sigue sin resolverse y que se ha trasladado a los tribunales.
Doce meses después, la situación legal sigue lejos de aclararse. Varias causas judiciales enfrentan al grupo de exmonjas con el Arzobispado de Burgos, entre ellas, la demanda de desahucio del convento, interpuesta por el propio Arzobispo, Mario Iceta, y cuya vista oral estaba prevista para el próximo martes. Sin embargo, la recusación presentada por los abogados de las exreligiosas por supuesta falta de imparcialidad podría retrasar aún más el proceso.
Actualmente, ocho de las religiosas excomulgadas (la sanción se hizo efectiva el 22 de junio) permanecen en el monasterio. A ellas se suman cinco hermanas mayores, que no participaron activamente en la ruptura. Dos de las firmantes del manifiesto ya abandonaron el convento durante el verano.
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta
Cruce de denuncias y encuentro en los juzgados
La tensión entre las partes ha ido en aumento en los últimos meses, con cruces de denuncias y una exposición mediática continua. Ayer mismo, por primera vez, las exmonjas y el arzobispo Iceta se vieron cara a cara en los tribunales, durante una vista en Briviesca relativa a una denuncia contra el prelado por coacciones, administración desleal y revelación de secretos.
Además, está pendiente de resolución la investigación abierta por la venta de 1,73 kilos de oro por 130.000 euros, realizada por la exabadesa Laura García de Viedma, también firmante del manifiesto, en nombre del monasterio. La Fiscalía investiga si pudo haber delito de estafa indebida, ya que la operación se realizó sin autorización e involucra a otras dos exmonjas.
¿Motivación doctrinal o intereses inmobiliarios?
El grupo de Belorado, al amparo del falso obispo Pablo de Rojas, excomulgado en 2019, y del también falso sacerdote José Ceacero, adoptó una línea sedevacantista, es decir, que niega la legitimidad de los papas posteriores al Concilio Vaticano II. Sin embargo, varias fuentes eclesiásticas han apuntado la existencia de intereses inmobiliarios detrás de la ruptura.
De Rojas actuó como mediador para intentar adquirir el convento de Orduña por 1,2 millones de euros, después de que la venta del de Derio fuera bloqueada por la Santa Sede. Esa operación tampoco llegó a completarse por falta de fondos.
La notoriedad del caso se vio alimentada por la presencia casi constante de medios de comunicación en el convento, y por un surrealista desfile de personajes: a los ya citados Rojas y Ceacero, que fueron expulsados por las propias exmonjas a finales de junio, se sumaron el falso obispo brasileño Rodrigo Henrique Ribeiro Da Silva y Rafael Cloquell, quien actualmente ejerce como su guía espiritual.
Chocolates, denuncias y mudanza a Asturias
Tras la excomunión y la demanda de desahucio, en mayo de 2024 el Vaticano nombró a Mario Iceta comisario pontificio con plenos poderes sobre los monasterios de Belorado, Derio y Orduña. Desde entonces, el control sobre las cuentas del convento ha sido férreo, lo que las exreligiosas denuncian como una “asfixia económica”.
En respuesta, el grupo lanzó su propia línea de chocolates, con la que incluso llegaron a anunciar su participación en Madrid Fusión, aunque su presencia fue finalmente anulada. Las restricciones para operar el obrador de Belorado las llevaron a buscar nuevas fuentes de ingresos.
Su último proyecto: un restaurante en Arriondas (Asturias), alquilado por 1.600 euros al mes, donde también han comprado un terreno de 7.000 metros cuadrados. Allí ya se han instalado tres de las exmonjas, que buscan ahora una alternativa de vida fuera del foco eclesial y judicial.
Entrevista al arzobispo de Burgos, D. Mario Iceta, en COPE Burgos
Un año después del cisma, el conflicto no solo ha supuesto una ruptura interna, sino también un daño reputacional para la Iglesia, que a diario realiza una labor callada, generosa y fundamental en ámbitos como la educación, la caridad, la atención a los más vulnerables o el acompañamiento espiritual. Frente a esa entrega silenciosa, el comportamiento de las exmonjas de Belorado ha sido justo lo contrario: un espectáculo mediático que ha cruzado todos los límites del respeto, alimentado por personajes delirantes y declaraciones estridentes que han desdibujado el verdadero rostro de la vida religiosa. La Iglesia no es perfecta, pero no merece ser arrastrada por un cisma convertido en circo.