El Certamen Internacional de Coreografía Burgos-Nueva York mantiene en todo lo alto la oferta cultural en la ciudad
Del 21 al 25 de julio, Burgos acogerá 21 espectáculos llegados de nueve países y propuestas coreográficas que ocuparán desde el Teatro Principal hasta las calles junto a la Catedral
Burgos - Publicado el
3 min lectura
Burgos vuelve a situarse en el mapa internacional de la danza con la celebración del XXIV Certamen Internacional de Coreografía Burgos & Nueva York, que tendrá lugar del 21 al 25 de julio. En total, 21 espectáculos llegados de nueve países de los cinco continentes competirán en uno de los certámenes más prestigiosos del mundo, que también destaca por ser el que mayor cuantía económica destina a premios en toda España.
El director del certamen, Alberto Estébanez, ha destacado durante la presentación del evento que esta edición vuelve a apostar por propuestas escénicas “como forma de expresión vital”, abiertas al diálogo con el espacio, al aire libre y con fuerte carga de reflexión contemporánea.
Certamen Internacional de Coreografía Burgos-Nueva York
“Este año hemos recibido más de 300 propuestas, pero solo 21 llegan finalmente a escena. Eso da una idea del nivel que exige este certamen y del alcance mediático que ha alcanzado internacionalmente”, apuntó Estébanez.
Tres escenarios, nueve países y danza en espacios únicos
La programación del certamen se vertebra en tres grandes bloques:
- ‘Danza en el Teatro’, que se celebrará del 23 al 25 de julio en el Teatro Principal, reunirá 14 coreografías a concurso de países como Italia, España, Taiwán, Estados Unidos, Francia, Cuba, República Dominicana, Chile y Reino Unido.
- ‘Bailando con piedras’, el 22 de julio, transformará la Llana de Afuera, junto a la Catedral, en un escenario urbano para seis espectáculos diseñados específicamente para ser representados en espacios abiertos.
- La apertura, el lunes 21, correrá a cargo de la sección ‘Moving Spaces’, dedicada a la danza urbana, con batallas, exhibiciones y un show especial del Colectivo.
Además, fuera de concurso, el público podrá disfrutar del espectáculo ‘Veredita’, de Irene Morales, el 23 de julio; y de una coreografía dirigida por Mario Bermúdez con los alumnos del Summer International Dance, el día 25 de julio, como cierre del certamen.
Cursos, arte urbano y danza más allá del certamen
El certamen se completa con varias actividades paralelas, entre ellas el curso que Mario Bermúdez impartirá a los alumnos del programa Summer International Dance, así como la presentación de la editorial Mahali, especializada en danza, en colaboración con la Academia de las Artes Escénicas de España. Esta editorial presentará en la Sala Polisón su colección ‘Historia de la danza’, con volúmenes dedicados desde la danza prehistórica hasta la danza tradicional española, pasando por la ideokinesis y el flamenco.
Bailando con Piedras del certamen de coreografía Burgos - Nueva York
También el arte urbano tendrá protagonismo en esta edición: el muralista Cristian Sasa realizará una intervención artística en la Subida San Miguel, 23, en la medianera de un edificio, como parte del compromiso del certamen con la ciudad.
Danza en el Camino, un festival paralelo en 19 municipios
En paralelo al certamen en Burgos, se desarrolla el festival ‘Danza en el Camino’, organizado por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta y Cidanz Producciones, que lleva la danza a 19 municipios del Camino de Santiago en Aragón, La Rioja, Castilla y León, Galicia y País Vasco.
La final de esta extensión artística tendrá lugar también en Burgos, en las escaleras del CAB, el día 21 de julio a las 21:00 h, con tres piezas finalistas: A Zeta (Chey Jurado), Águila (Taiwán) y Dama (Mario Bermúdez). Los premios van desde los 2.000 euros para el ganador, hasta 1.000 y 700 euros para el segundo y tercer clasificado.
El certamen cuenta con un presupuesto de aproximadamente 160.000 euros, financiado por el Ayuntamiento de Burgos, el Ministerio de Cultura, la Fundación Siglo de la Junta de Castilla y León, y otras entidades y colaboradores. Estébanez, no obstante, ha querido subrayar la necesidad de mejorar los plazos de tramitación administrativa para poder programar con más previsión. “La cultura no puede jugar siempre en los márgenes. Este sector mueve el 3,8% del PIB y necesita ser tratado como una inversión, no como un gasto”, concluyó.