Un catedrático de Burgos, reconocido en los Premios de las Obras Misionales Pontificias por su vida dedicada a la teología misionera
Para el burgalés Eloy Bueno de la Fuente, la misión implica que "todos en la iglesia y todo en la iglesia debe estar al servicio del anuncio de todo el Evangelio a todo el mundo"
Foto de los premiados. De izquierda a derecha: P. José María Calderón, director nacional de OMP; Hna. Julia Aguiar, misionera en Benín; José Luis Pérez, presentador del evento; monseñor Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid; P. Eloy Bueno, catedrático
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El catedrático de la Facultad de Teología de Burgos y sacerdote, Eloy Bueno de la Fuente, ha sido reconocido en la IV edición de los Premios de las Obras Misionales Pontificias (OMP). Ha recibido el galardón 'Beato Paolo Manna' por su extensa trayectoria dedicada a la enseñanza, promoción y sensibilización de la Misión en España. Así nos lo ha contado este viernes el propio Eloy en El Espejo de COPE Burgos.
Una vida dedicada a la misión desde Burgos
Sacerdote de la Archidiócesis de Burgos, Bueno de la Fuente es Doctor en Misionología por la Universidad Urbaniana de Roma y en Filosofía por la Complutense de Madrid. Él mismo ha reconocido que su especialización se debe a la tradición misionera de su tierra. "Burgos tenía tradición misionera y al acabar los estudios de Teología, desde la Diócesis me enviaron a Roma a estudiar esto", ha explicado. "Desde ahí comenzó mi conexión con esta perspectiva que luego realmente ilumina el conjunto de la Teología".
Eloy Bueno de la Fuente
Para el catedrático, la misión implica que "todos en la iglesia y todo en la iglesia debe estar al servicio del anuncio de todo el Evangelio a todo el mundo". Por ello, ha defendido que la acción misionera no puede "relativizar o relegar la salida, el envío, cruzar orillas y atravesar fronteras".
Creo que la figura de los misioneros es un testimonio que contagia"
Catedrático de la Facultad de Teología de Burgos
El mensaje cristiano se convierte en biografía a través de los misioneros, ha manifestado Bueno de la Fuente. "Creo que la figura de los misioneros es un testimonio que contagia. Los misioneros son las figuras cristianas más atractivas, porque encarnan en modo real lo que es el mensaje cristiano", ha asegurado.
Julia Aguiar, una vida contra la úlcera de Buruli
En la misma ceremonia, celebrada en Madrid, la OMP ha premiado a la Hermana Franciscana Misionera de la Madre del Divino Pastor, Julia Aguiar, con el galardón 'Beata Paulina Jaricot'. Este premio reconoce su entrega excepcional en Benín, donde se ha convertido en un referente mundial en el tratamiento de la úlcera de Buruli. Ambos galardonados han coincidido en que "una vida de misión vale la pena".
Aguiar justifica esta afirmación porque "es poder compartir la vida con las personas que te encuentras e intentar llevar alivio y hacer presente el amor que Dios tiene a cada criatura, especialmente a los enfermos y a los más pobres". Su labor comenzó hace 49 años en Benín, cuando llegó para abrir un hospital en una zona remota donde el centro más cercano se encontraba a 170 kilómetros.
El descubrimiento de una enfermedad olvidada
Fue allí donde se encontró por primera vez con la úlcera de Buruli. "Vino una niña con una herida que cogía todo el brazo y una parte del torax. Era algo desconocido y muy importante y éramos un equipo que empezaba y un hospital que abría", ha relatado. Tras sospechar que se trataba de una micobacteria, similar a la de la tuberculosis o la lepra, realizaron los análisis y confirmaron el diagnóstico.
La hermana ha explicado que esta infección "ataca especialmente la piel, el tejido graso, pero cuando es una forma grave, hace compresión y mucho edema y puede poner en peligro el miembro". Si no se trata, puede dejar secuelas graves como retracciones o cojeras. El equipo de Aguiar comenzó a tratar los casos "haciendo cirugía, quitando la parte afectada para que los otros tejidos pudieran respirar y vivir y darle tratamiento, antibióticos".
Un misionero en Benín, África Occidental
La hermana Julia fue documentando cada caso, lo que años después atrajo a investigadores de Bélgica y Canadá. Gracias a su trabajo, la úlcera de Buruli es hoy una enfermedad reconocida mundialmente, y su labor le valió un doctorado Honoris Causa en Medicina y Cirugía por la Universidad de Nápoles en 2009.
La entrega de premios se ha enmarcado en la jornada del Domund, que se celebra este domingo 19 de octubre con el lema 'Misioneros de esperanza entre los pueblos'. El acto ha contado con la presencia del director nacional de la OMP, José María Calderón, y el Obispo Auxiliar de Madrid, Vicente Martín, entre otros.
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