El talaverano Rubén López, vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional, se ha convertido en la cara y la voz de las últimas noticias sobre el volcán de La Palma en muchos medios de comunicación.(PINCHA AQUÍ PARA ESCUCHAR LA ENTREVISTA)

Tras 15 días en la isla, acaba de llegar a su casa para descansar , coger fuerzas y seguir vigilando la evolución del Volcán Cumbre Vieja “Intentando organizarme la vida, al final se complicó la vuelta y tuve que salir en barco y me alegro de haber cogido esa opción porque el transporte aéreo sigue cortado”.

"Al volcán se le nota ya cansancio"

Rubén lleva en La Palma desde el pasado 19 de septiembre cuando comenzó la erupción, y a pesar de que han pasado más de dos meses asegura no permitirse estar cansado “Nosotros no tenemos la opción de cansarnos pero al volcán, se le notan, según todos los parámetros, que está más débil, por ejemplo la señal de tremor (cómo vibra el conducto por donde sale la lava) está en unos valores muy bajos, una quinta parte de lo que tenía octubre cuando estaba emitiendo todo el tiempo, ahora emite solo a veces”.

Se cumplen 68 días desde el inicio de la erupción “hace que este volcán pase a ser el tercero más duradero, se está convirtiendo en un volcán muy longevo”.

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"Podemos tener serios problemas con la ceniza cuando se compacte por la lluvia"

Nos cuenta Rubén que los vecinos están desesperados “Porque hay mucha gente que está desplazada y no sabe si ha perdido sus casas y hay otros muchos que ya lo han perdido todo”. La incertidumbre es constante “Enseguida que ven nuestros chalecos nos preguntan cuándo se va a terminar todo y si la lava se va a desviar y arrasar sus casas. Hay mucha gente así”.

Se espera que la situación empeore en toda la isla por las lluvias y el viento “Todos los municipios de la zona oeste al lado del volcán pueden tener problemas con la llegada de la lluvia porque toda la ceniza se compactaría. Además se suceden terremotos fuertes”.

"Es la mayor erupción de Europa. Desde Islandia en 1973 no habíamos visto nada igual"

A pesar de las terribles consecuencias, reconoce que a nivel profesional y de investigación el hecho de estar al lado del volcán estudiando todos sus parámetros se ha convertido en el trabajo de su vida “Quitando la situación que están viviendo los vecinos, es todo un reto, una experiencia profesional impresionante. Como científicos es una experiencia que nos marcará toda la vida. Ya nos marcó la erupción en el Hierro hace 10 años, pero en aquella ocasión, la erupción fue submarina y apenas se notaba nada. Aquí estamos hablando de la mayor erupción a nivel Europeo. Desde Islandia en el año 1973 no habíamos visto algo parecido”. Asegura que es una responsabilidad muy grande “mucha gente pendientede lo que estamos midiendo en cada momento”.

Como anécdota destaca la petición que le hacen constantemente amigos y familiares para que les lleve un puñado de ceniza del volcán “Me piden de todo, pero está prohibido llevarse fragmentos de roca, aunque algo de ceniza sí que les he llevado”.

Rubén volverá el próximo 1 de diciembre “ Y a ver si podemos dar la noticia del certificado de defunción de este volcán”.