Solo un tipo de perro puede entrar en esta popular playa de Cantabria: y no es cualquiera

Una señal aún vigente utiliza una palabra que hoy suena a otra época, aunque no hace tanto que se colocó, por lo que todavía es de obligado cumplimiento

Álex García

Santander - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

No es una reliquia ni una chapa de mediados de siglo, pero sí es un cartel que llama la atención. Está algo desgastado por el salitre, pero conserva perfectamente las letras en mayúscula, sin pictogramas ni QR. Una frase directa, tajante y con una excepción que ha provocado más de una sonrisa entre los bañistas.

La señal advierte de la prohibición de acceder con perros a una conocida playa cántabra durante los meses de verano. Nada raro hasta ahí. Pero lo curioso llega cuando se detalla el único caso en el que sí está permitido el acceso.

Playa de San Juan de la Canal

Y es que el tipo de perro que puede entrar se nombra con una palabra que ya casi no se usa… salvo en este cartel.

Una norma que se mantiene  

Cada año, con la llegada del buen tiempo, muchas playas de Cantabria refuerzan sus normas de convivencia. Entre ellas, la de limitar la presencia de mascotas durante la temporada alta, que va desde mayo hasta septiembre. La mayoría de señales modernas lo indican con iconos, colores y textos neutros. Pero esta no.

El cartel, colocado hace poco más de una década, está junto a una farola a la entrada del arenal. No tiene ornamentos ni diseño llamativo. Solo letras negras sobre fondo blanco, en un soporte metálico que resiste el paso del tiempo.

Playa de San Juan de la Canal

Y dice lo siguiente:

"Queda prohibida la entrada de perros (excepto lazarillos) entre los meses de mayo a septiembre, ambos incluidos."

"Bajo sanción."

Una palabra con regusto literario  

Lo que sorprende a muchos no es la prohibición en sí, sino el uso del término “lazarillos”. Hoy ya no es habitual encontrar esa palabra en la cartelería pública. Se ha sustituido por expresiones como “perros guía” o “perros de asistencia”. Pero durante muchos años, el uso popular de “lazarillo” era común, y así quedó reflejado en varias normativas y señales que todavía perviven.

Aunque el cartel no sea tan antiguo como sugiere su estética, sí refleja una forma de comunicar que ha quedado atrás. Es, en cierto modo, un puente entre dos épocas: entre el lenguaje directo y reconocible de hace unos años, y el tecnificado de hoy.

¿Dónde está esta señal?  

Este cartel tan particular está en la entrada a la playa de San Juan de la Canal, en Soto de la Marina, uno de los principales núcleos costeros de Santa Cruz de Bezana. Un arenal muy concurrido durante todo el verano por su fácil acceso, su amplitud y, sobre todo, por estar ubicado en pleno corazón de la Costa Quebrada, el entorno natural que desde hace apenas unas semanas forma parte de la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO.

Es una playa con historia, con gran afluencia de familias y turistas, y con pequeños detalles que no pasan desapercibidos.

Cartel de la Playa de San Juan de la Canal

La norma, en vigor  

Aunque el término “lazarillos” nos parezca hoy más literario que legal, lo cierto es que la excepción que recoge el cartel sigue plenamente vigente. Las personas con discapacidad visual pueden acceder a la playa acompañadas de sus perros guía, y esa ha sido —y sigue siendo— una excepción recogida por la ley.

La diferencia es que ahora también existen perros de asistencia para otras discapacidades, reconocidos oficialmente. Sin embargo, este cartel no los menciona. Solo permite el paso a un tipo muy concreto de perro. El único que, según la señal, tiene permiso para pisar la arena en pleno verano.

Y ese, como dice literalmente, es el lazarillo.