El Cabildo de Tenerife y Ecoembes invirtieron el año pasado 280.000 euros en la distribución de casi 3.000 contenedores de varios formatos, con el objetivo de mejorar de la recogida selectiva y reciclado de los residuos de envases de plástico, latas y briks contenedor amarillo y papel y cartón en la isla.

“Estas acciones son un apoyo a los municipios para incentivar y facilitar la recogida selectiva de residuos, objetivo primordial del Cabildo, y sobre el que trabajamos intensamente”, ha explicado el consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez Medina.

En este sentido, ha detallado que “se han repartido en torno a 2.600 papeleras y 258 contenedores ligeros entre 24 entidades locales de la isla, y aunque la competencia de recogida es municipal, el Cabildo colabora y apoya esta gestión para poder evolucionar hacia un nuevo modelo de gestión de los residuos”.

En esta misma línea, Javier Rodríguez ha reiterado en COPE que los municipios deben agilizar la puesta en marcha del reciclaje de residuos orgánicos con el quinto contenedor.

"Tienen que aplicarse para ir instalándolo.Se debe ir de forma progresiva a una modificación de los contratos de recogida para que poco a poco se implanten los contenedores marrones. Nosotros ya nos hemos anticipado, hemos hecho la tarea con una planta de bioestabilizado que permitirá transformar la materia orgánica en compost. Tiene capacidad de 76 mil toneladas al año, más las 20 mil de maduración, hablamos de unas 96 mil toneladas al año, pero ahora solo nos están llegando 1.200. ¿Por qué se da está situación? Pues porque de los 31 municipios, solo uno, Santa Cruz de Tenerife, está empezando a instalar este quinto contenedor", ha lamentado.

LA NUEVA VIDA DE LAS BASURAS DEL QUINTO CONTENEDOR

Aroximadamente el 40 por ciento de los residuos generados a diario en nuestros hogares es materia orgánica. Se trata de restos biodegradables, principalmente de comida, vegetales o poda de jardinería que se pueden reciclar en la elaboración de compost natural. De esta manera contribuimos a reducir el impacto medioambiental que genera su degradación en los vertederos y a potenciar la reutilización.

No debemos depositar en ellos colillas, pelos, polvo, excrementos y arena de mascotas, chicles, toallitas húmedas y corchos sintéticos, entre otros elementos.

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