La brutal agresión a una joven de 13 años en Las Teresitas el pasado sábado, y que fue filmada por uno de los agresores y posteriormente publicada en las redes sociales, ha vuelto a abrir el debate sobre el por qué de este tipo de sucesos.

En los últimos años se han multiplicado este tipo de agresiones, que llevan consigo no solo el daño físico en sí, sino la necesidad que sienten algunos adolescentes de colgar en la redes sus “fechorías”.

El doctor en Psicología, experto en pacientes de esta edad, y presidente en Canarias de la Asociación Socidrogalcohol Francisco Lorenzo, ha dado algunas claves sobre este asunto hoy en La Mañana de COPE Tenerife, recordando que esta agresividad siempre ha existido en los jóvenes, “pero está claro que las redes sociales le han dado una visibilidad mucho mayor”. El experto psicólogo reconoce que “hacer un análisis de lo que estamos viviendo en este primer cuarto de siglo todavía es complicado, y en el futuro se hará con mayor precisión, porque tenemos unos cambios muy rápidos, con el acceso a la información que tienen los jóvenes, y para el que no estamos preparados”.

SENTIMIENTO DE PERTENENCIA AL GRUPO E IMITACIÓN

En cualquier caso, hay dos claves fundamentales para analizar este fenómeno. La primera es “el sentimiento de pertenencia a un grupo identitario”, en el marco de “una sociedad en la que las redes han polarizado todos los extremos en cualquier ámbito de nuestra vida, creando una especie de sociedad donde estamos los demás y estamos nosotros”.

A partir de aquí, “en el caso de los jóvenes, ese sentimiento de pertenencia al grupo, les lleva a este tipo de violencia”, además de que “el grupo les da sensación de seguridad”. La realidad es que “después estos jóvenes en solitario no son agresivos, y por tanto es el grupo el que los alimenta, en grupo se sienten menos responsables y disminuye la capacidad empática”.

La segunda clave importante tiene que ver con este problema es el “fenómeno de imitación, porque los jóvenes, en esa búsqueda de identidad, sienten una necesidad de admiración y de protagonismo a la vez, de búsqueda de reconocimiento, de tener mas likes y seguidores y así perdemos los valores”. En consecuencia, “las redes sociales están potenciando mucho todo esto, y evolutivamente hablando, estamos sufriendo unos cambios muy rápidos para los que no estamos preparados”.

¿Por dónde pasan las posibles soluciones? Francisco Lorenzo lo tiene claro: “La educación es la clave, porque los chicos hacen una muy mala interpretación de castigo que pueden recibir en cuanto a las sanciones. Se sienten impunes como menores, y esa es una lectura errónea y falsa”.