vivienda

Intenta alquilar un piso en el sur de Tenerife y no da crédito a lo que se encuentra: “Me querían engañar y quedarse con mi dinero”

En las zonas turísticas se produce “el caldo de cultivo necesario”, para imponer condiciones ilegales o carentes de toda ética

Guillermo García

Tenerife - Publicado el

3 min lectura

El problema de la vivienda en Canarias está propiciando que muchos quieran hacer su agosto a costa de los sufridos residentes, canarios e inmigrantes, que no logran encontrar un recurso habitacional digno. Es obvio que la escasez de pisos y apartamentos ha traído como consecuencia el endurecimiento de las condiciones que los propietarios exigen para alquilar sus inmuebles. Eso, y naturalmente, la proliferación de los 'inquiokupas' una figura que nace a partir de la laxitud del ordenamiento jurídico con este fenómeno, y que tanta desprotección e inseguridad jurídica provoca.

No son pocos los casos que hemos denunciado en COPE Canarias en este sentido, incluso de 'inquiokupas finolis', como una propietaria de La Laguna, calificó al inquilino que se ha negado a pagar el alquiler durante un año, a pesar de vestir ropa de marca, y contar con un coche de alta gama. En definitiva, la okupación es un factor a tener en cuenta, pero hay determinadas personas que traspasan líneas rojas en al ámbito de la ética.

700 euros solo por ver un piso sin haber tomado una decisión

Uno de esos casos, ha sido denunciado hoy en Herrera en COPE Tenerife, por Floriana. Floriana es una italiana que se vino a Tenerife atraída por su clima, y que ha sufrido un calvario para conseguir una vivienda digna en todo este tiempo. De hecho, ha querido denunciar la picaresca que ha sufrido a la hora de intentar alquilar un piso en el municipio de Adeje. Un apartamento “con dos camas”, y cuyo precio era de 700 euros mensuales. Y es que, según ha explicado, “tras ver el anuncio, me puse en contacto con el propietario y hasta ahí todo normal”. Pero su sorpresa llegó cuando “solo por entrar a ver el piso, me exigía firmar un contrato de reserva que implicaba abonar el primer mes por adelantado, una foto mía y una nómina, con la promesa de que si no me gustaba y no quisiera alquilar, me devolvería el dinero”. Naturalmente, Floriana dijo que no aceptaba esas condiciones “porque no me voy a dejar engañar, seguro que si le doy el dinero luego no me lo devuelve”, con lo que finalmente se quedó sin poder acceder a la vivienda.

prácticas "alegales y sin ética"

Puestos al habla con el presidente de la Asociación de Expertos Inmobiliarios de Canarias, Isidro Martín, ha insistido que las agencias inmobiliarias dependientes de esta asociación, “en ningún caso, llevan a cabo estas prácticas, que son alegales totalmente”. Martín manifiesta que este modo de proceder “está fuera de la ética profesional”, aunque matiza que algunos profesionales de la gestión inmobiliaria, “sí piden una fianza mínima por el ver el piso antes de la firma del contrato”, fianza que suele ser de “unos 50 euros, pero nunca una cantidad equivalente a un mes de alquiler”, y que tiene como objeto evitar visitas que puedan dar información del inmueble a futuros okupas.

Alquiler de vivienda

El presidente de los expertos inmobiliarios advirtió también que en las zonas turísticas del sur de Tenerife, se produce “el caldo de cultivo necesario” para este tipo de prácticas, ya que “el continuo trasiego de extranjeros, ya sean turistas, residentes o inmigrantes, facilita que ocurran estas cosas”.

Nosotros, en ningún caso, llevamos a cabo estas prácticas, que son alegales totalmente ycarentes de toda ética"

Isidro Martín

Presidente de la Asociación de Expertos Inmobiliarios de Canarias

llueve sobre mojado con una estafa anterior

Pero la desconfianza de nuestra protagonista seguramente tiene un origen justificado, ya que fue víctima de otra estafa a la hora de alquilar otro piso. Cuando llegó a la isla, comenzó a vivir de alquiler en un pequeño piso en nuestra capital, concretamente en el barrio de San Andrés. Pero cuando llevaba pocos meses, “alguien que se hizo pasar por agente inmobiliario me ofreció la posibilidad de irme a vivir a otro piso que tenía en Tabaiba, frente al mar y que era más grande”, pero lamentablemente todo era un engaño y una estafa. “Adelanté un dinero”, apuntó, y cuando fui a por el piso, el legítimo propietario me dijo que lo estaba reformando y no lo alquilaba”. En definitiva, un cúmulo de sinsabores que no hace perder el optimismo a nuestra protagonista, “porque aquí en Tenerife se vive muy bien y soy feliz”.

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