La Navidad es fecha de familia, de disfrute y también de ocio. Las costumbres entre algunos territorios españoles son muy diversas entre sí, pero, sin duda, muchos coinciden en lo mismo: en hacer del ocio la mejor manera de acabar el año. Y ahí es donde los artículos pirotécnicos cobran una importancia fundamental.

Algunas autonomías, como Canarias, utilizan este tipo de artículos con un fin lúdico y de mera celebración. Por ello, desde la Guardia Civil, estos días, extreman la precaución y realizan exhaustivos controles a los puntos de venta autorizados. El objetivo es claro: garantizar que todos los compradores cumplan las normas de seguridad y evitar la venta de material peligroso a los menores de 12 años.

El sargento de la unidad de intervención de armas y explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife, Luis Polo, ha pasado por los micrófonos de COPE Canarias y ha manifestado la necesidad de concienciar al usuario de la importancia de estos controles: “En todo momento se debe velar por el cumplimiento de la ley. No es por una cuestión de sancionar a la ciudadanía, sino por la propia seguridad de todos”.

Estas son las categorías, según la peligrosidad del material pirotécnico

Hay que recordar que ningún menor de 12 años puede manipular artículos pirotécnicos, sean del calibre que sean, ni incluso con la presencia de un supervisor mayor de edad. La categoría F1, la de menor potencia, puede ser vendida a mayores de 12 años, mientras que la F2, de peligrosidad y sonido medio, queda para mayores de 16 años. Finalmente, la categoría F3, con productos explosivos de mayor potencia, quedan reservados para las áreas delimitadas y para mayores de edad.

Una costumbre que altera a las mascotas

Luis polo ha admitido que estos días de fiesta se generan conflictos entre los usuarios consumidores de pirotecnia y los dueños de animales domésticos: “Sí, es verdad que los animales al escuchar el ruido y el eco de los productos pirotécnicos se estresan e, incluso, pueden sufrir problemas de salud. Pero no solo se queda esto en los animales, algunas personas, sobre todo más mayores, se asustan por los mismos motivos. A nosotros, como autoridad, nos queda trabajar por el cumplimiento de la ley. Y hacer comprender a ambas partes la importancia del civismo para vivir en orden”.