Viajamos en el tiempo para descubrir las piras funerarias del megalítico en Asturias
En los municipios de Carreño y de Tineo podemos encontrar dólmenes en buen estado de conservación

Dolmen de Merillés
Madrid - Publicado el
2 min lectura
La palabra dolmen en el idioma bretón quiere decir “mesa grande de piedra”. Los dólmenes son un tipo de monumento funerario megalítico, que alcanzaron su esplendor en el año 2.500 a.C. Son construcciones formadas por losas de piedra verticales denominadas Ortostatos, y que sostienen una losa horizontal que hace las funciones de techo, y que recibe el nombre de losa de cobertura. Este tipo de construcciones son, en su mayoría, tumbas colectivas. En la franja atlántica las podemos encontrar por miles, sobre todo en las Islas Británicas y también en la Bretaña francesa.
En Asturias, son varios los lugares en los que se asientan estas impresionantes construcciones, aunque nos vamos a quedar con el precioso dolmen de Merillés, en Tineo, al norte de Peña Manteca. Un monumento que se encuentra en un buen estado de conservación, aunque no es excesivamente grande. La única losa de cobertura que corona los Ortostatos mide dos metros y setenta centímetros de largo, por dos metros y cinco centímetos de ancho y 25 centímetro de grosor. El alzado del monumento se sitúa en torno a los 80 centímetros. Ha servido además como refugio de pastores y aldeanos.
Visitamos también los dólmenes de los Llanos y el de San Pedro, ambos en el Monte Areo, en el municipio de Carreño. En realidad, ambos constituyen una necrópolis a la que se puede acceder en coche después de un recorrido de cuatro kilómetros, aunque cabe reseñar que se trata de un camino de tierra, con la incomodidad y el cuidado que eso puede suponer para la conducción. El dolmen de Los Llanos data del año 3.000 a.C., en pleno apogeo megalítico. En las excavaciones llevadas a cabo se han obtenido restos de ofrendas a los muertos, consistentes en cuchillos silex, puntas de flecha y hojas de hachas. El dolmen de San Pedro es una estructura más simple, que también recibe el nombre de cofre megalítico por sus características.