Dicen que un bebé trae siempre un pan bajo el brazo; aunque en este caso, a un gijonés de 23 años lo que le ha traído su hijo recién nacido es una reducción de condena. La Fiscalía ha tenido en cuenta su reciente paternidad para reducir la petición de cárcel para el joven: de 4 años a 18 meses. Estaba siendo juzgado por un delito contra la salud pública.

El acusado había sido sorprendido traficando con sustancias estupefacientes en un bar de copas de la calle Marqués de San Esteban, en Fomento, en febrero de 2019. En concreto, la Policía Nacional les intervino 4,59 gramos de cocaína; 0,53 gramos de hachís y 3,08 gramos de éxtasis.

Finalmente, y gracias al alumbramiento de su hijo, ha acordado una condena de un año y medio de prisión y el pago de una multa de 400 euros. Es la misma condena que ha aceptado un amigo suyo, también veinteañero, que, del mismo modo, se ha visto beneficiado por la rebaja en la pena.

La madre del bebé, también acusada

Lo curioso de este caso es que la madre de la criatura también debería haber estado sentada en el banquillo de los acusados en la misma vista. Evidentemente, su ausencia estaba justificada, pues acababa de dar a luz en el Hospital de Cabueñes de Gijón. El juicio contra ella ha quedado suspendido a la espera de una nueva fecha.

La flamante madre está acusada de los delitos de atentado contra la autoridad y lesiones y se enfrenta a un año de cárcel y una multa de 240 euros. Según la Fiscalía, la mujer dificultó la detención del novio y su amigo y cuando acudió a la Comisaría a recoger su sanción, se encaró con los agentes, les agredió y les dijo: "No quiero copia, ¡payaso!". Veremos si corre la misma suerte que el padre de su hijo...