Los trabajadores de las plantas asturianas que ThyssenKrupp ha vendido a un consorcio internacional han recibido la noticia con cierta inquietud porque en el contrato solo están recogidas garantías de empleo para los empleados de las fábricas de Alemania. Un detalle que ha desvelado el presidente del Comité de Empresa de ThyssenKrupp Airport y miembros de  Comisiones Obreras, José Manuel Cima, que reclama "esas mismas garantías" para el resto de fábricas que cambian de propietario tras la operación, entre otras, las de Mieres y el centro de investigación de Gijón con 900 empleados en plantilla. 

Cima ha desvelado que mayor sindicato de Alemania, el metalúrgico IG Metall, ha firmado unas garantías "que pueden ser extensible a todos". Con el fin de conocer la letra pequeña de la operación, los delegados sindicales de todas las plantas españolas vendidas por Thyssenkrupp se van a concentrar el próximo lunes en Madrid, ante la delegación de la multinacional alemana, para reclamar información.  

Más tranquilo se ha mostrado el presidente del Comité de Empresa de ThyssenKrupp Norte y miembro de UGT, José Ramón García Iglesias, que también se ha pronunciado sobre la venta. Iglesias se ha referido a la operación quitando connotaciones negativas al hecho de que finalmente haya sido un fondo de inversión el que más pujó por la empresa. “Hoy en día son prácticas habituales; en principio no hay ninguna preocupación por el empleo en las plantas”, comentó García Iglesias que añadió que “somos empresas solventes, competitivas y con beneficios por lo que entendemos que imperará el sentido común, ya que creemos que esa venta no tiene por qué tener ninguna afectación”.

La multinacional alemana Thyssenkrupp ha vendido su división de ascensores, escaleras mecánicas, pasillos rodantes y pasarelas aeroportuarias al consorcio internacional formado por la empresa estadounidense de capital riesgo Advent, la gestora de fondos de capital riesgo británica Cinven y la fundación alemana RAG por un importe de 17.200 millones de euros .