Los mejores miradores para asomarse al occidente de Asturias
Aquí sentirás la banda sonora del océano, con el bufido del nordeste y el aroma del salitre mientras contemplas las panorámicas icónicas y desconocidas de Luarca-Valdés

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Madrid - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
El verano ha llegado al norte con las temperaturas más suaves de la península y en Luarca-Valdés, encontrarás los mejores miradores para asomarse al occidente de Asturias. En un solo día en Luarca-Valdés podemos viajar por las cuatro estaciones y por un mapa de paisajes que empiezan en la playa desierta y la cima de la montaña, y terminan en el puerto marinero y al borde del acantilado.
Aquí sentiremos la banda sonora del océano, con el bufido del nordeste y el aroma del salitre; el silencio desde el cerro y la frescura de la pradera mientras contemplamos las panorámicas más icónicas y también las más desconocidas de Luarca-Valdés.
El faro de Luarca
“Si vienes alguna vez, seguro que volverás”, dice la canción “Ven a Luarca”. Quien venga o quien vuelva, escogerá este mirador para captar la esencia de la Villa Blanca. Desde 1862, el faro de Luarca guía a los navegantes desde la Punta del Focicón, una estrecha península que se asoma al Cantábrico a 54 metros de altura como lo hace el viajero y el local desde la senda que la rodea.
El faro se encuentra anexo a la ermita de la Atalaya, sobre el cementerio, formando así uno de los conjuntos más emblemáticos de Asturias. Desde aquí, divisamos a levante la costa escarpada que culmina en los acantilados del Cabo de Busto. A poniente, la bahía y las playas de Luarca se asientan bajo el Bosque-Jardín de la Fonte Baxa y los espigones protegen el puerto de las marejadas como lo hace la Punta Muyeres que, además, guía nuestra mirada hacia la puesta del sol.
Cómo llegar. La salida 460 de la A-8 nos conduce por la N-634 hacia Luarca, pasando por Barcia y Almuña. Aquí tomaremos el desvío que indica “Luarca (por el faro)”.

Perspectivas desde el faro.
El Vallín, atando cabos
El mapa de paisajes de Luarca-Valdés se abre en tres capas: la costa, la rasa litoral y la montaña. Si buscamos un enclave para dominarlas todas, nos dirigiremos al mirador de El Vallín.
Ascendemos a una de las brañas más cercanas a Luarca, que se asoma desde un cúmulo de colinas verdes separados por valles, donde encontramos casonas desperdigadas en este entorno bucólico de vacas pastando en libertad.
Desde aquí arriba, a 400 metros sobre el nivel del mar, disfrutamos de una panorámica en 180 grados del concejo. Divisamos la totalidad de la rasa costera de Luarca-Valdés, que se precipita sobre el Cantábrico desde acantilados que dibujan una línea de oeste a este. El Cabo de Busto, el de Vidio (Cudillero) y hasta el de Peñas (Gozón) aparecen aquí como hitos en el horizonte.
A nuestra espalda, descubrimos cómo las montañas se apoderan del relieve desde aquí hasta la Cordillera Cantábrica, escondiendo aldeas como Cajós, Grandavil y La Artosa.
Cómo llegar. El Vallín está situado a apenas 8 kilómetros, o 10 minutos por carretera, de Luarca. Se accede tomando la N-634 y la VA-2.

Vista aérea de El Vallín y La Artosa.
La Punta de la Osa
En el entorno del Cabo de Busto, donde los acantilados se elevan hasta su tope en Luarca-Valdés, se forma un juego de ensenadas y promontorios que van surcando la costa desde 80 metros de altura para regalar al viajero el escenario más virgen del litoral asturiano.
Desde el mirador de la Punta de la Osa se contempla esta franja del Paisaje Protegido de la Costa Occidental de Asturias. Hablamos de islotes como el de los Perceberos entre aguas claras y de calas de cantos rodados como las de Santa Ana y Ferreiro, ocultas bajo acantilados de pizarra cortados a cuchillo.
Cómo llegar. Al mirador de la Punta de la Osa solo se puede acceder caminando desde Querúas o desde el faro del cabo de Busto. Tomaremos la salida 455, desde Luarca, o la 454, desde Oviedo, de la A-8 y nos olvidaremos del coche para explorar la costa a pie.

Braña del Lendepeña.
Lendepeña y la triple frontera
En busca de otro de los balcones de la montaña de Luarca-Valdés, descubrimos los límites del destino en su vertiente oriental. La frontera con los municipios de Salas y de Cudillero la dibuja un cordal de montañas que esconden brañas diseminadas en este paisaje montaraz. Porque este es el territorio de los vaqueiros y la aldea de Lendepeña uno de los mejores enclaves para tomarle el pulso.
Ascendemos desde el pueblo de Arcallana hasta Lendepeña y desde aquí hasta la ermita que se erige sobre el pico de Cerezal. Desde este mirador parten diferentes rutas de senderismo por esta zona de casonas y hórreos que se aferran a las laderas, de montes tapizados de brezo y tojo en su parte alta, y de pino y eucalipto en la baja. Barrancos como el del Otero atraviesan este océano de colinas donde el mar Cantábrico no se aprecia, parece muy lejano. Sin embargo, está justo aquí al lado.
Cómo llegar. La AS-222 comunica con el pueblo de Arcallana, desde donde continuaremos por la carretera que indica "Lendepeña" hasta lo alto del valle.

Una pareja de turistas disfrura de las vistas de Luarca desde el mirador de El Chano.
El Chano y el valle del Negro
No se puede dejar la villa de Luarca sin antes cruzar el puente del Beso y subir por el laberinto de callejuelas del barrio de La Pescadería hasta el de El Chano. Estamos sobre la rasa litoral y ante nosotros se extiende el estrecho valle que el río Negro ha ido esculpiendo en su travesía curvilínea hasta el Cantábrico.
En este enclave natural se asienta Luarca. En el muelle los barcos de pesca se apilan junto a los de recreo y las casas de pescadores trepan por las pendientes que protegen el fondeadero. De frente, divisamos el promontorio de la Atalaya, el cementerio y el barrio de El Cambaral, con el telón de fondo del Cantábrico. Un sendero nos permite arrimarnos hasta el precipicio, desde donde se dominan las playas de la desembocadura, y hasta la ermita de San Roque y San Martín, con unos bancos perfectos para un picnic con vistas al centro de la Villa Blanca.
Cómo llegar. Al mirador de El Chano se puede acceder caminando desde Luarca o en vehículo por la calle de la Peña.