La hostelería asturiana sigue en pie de guerra contra las medidas impuestas desde el Principado para intentar frenar la pandemia de coronavirus. Cuando se cumplen dos semanas del decreto que ordenaba el cierre de bares y restaurantes, además de todo el comercio considerado como no esencial, centenares de profesionales salían este miércoles a la calle para denunciar la difícil situación en que se encuentran, con muchos negocios al borde de la quiebra.

Consideran insuficientes las ayudas aprobadas por el gobierno asturiano y reivindican su derecho a trabajar. La hostelería, insisten, no es el problema, ni uno de los principales focos de contagio. Bien al contrario, en los locales se guardan medidas de seguridad mucho más estrictas que en las reuniones y comidas privadas, reuniones que han proliferado ante la falta de locales de ocio a los que acudir.

En Avilés, la protesta ha estado convocada por la plataforma “SOS Hostelería” que ha reunido a más de un centenar de personas en la plaza de Santiago López, la antigua Plaza del Pescado, mientras decenas de coches y furgonetas de establecimientos y empresas proveedoras, daban vueltas en torno a ella.

En Siero, además de hosteleros, a la protesta estaban convocados todos los sectores afectados por los cierres, como comercio, cultura ó taxis, junto con los proveedores de todos estos negocios. Como en Avilés, además de una concentración a pie en la plaza del Ayuntamiento, se realizó una marcha de coches y furgonetas por las calles de Pola de Siero.

Las protestas se producen sólo un día después de que se haya abierto el plazo para tramitar las ayudas aprobadas por el gobierno asturiano para paliar los efectos de los cierres. Ayudas de 1.500 a 4.000 euros dependiendo del número de trabajadores en plantilla.