Esta es la investigación que busca anticiparse a lo que amenaza cada verano a las playas asturianas

Cada temporada, un visitante indeseado obliga a cerrar arenales en Asturias. Para hacerle frente, investigadores del Centro Oceanográfico de Gijón y la Universidad de Oviedo desarrollan un proyecto que intenta explicar su presencia y consecuencias

Yolanda Montero

Oviedo - Publicado el

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Cada verano, el temor a la carabela portuguesa regresa a las playas asturianas. Su aspecto llamativo contrasta con el peligro que supone: su picadura es dolorosa y obliga, en ocasiones, a cerrar arenales al baño durante varios días. Este año no ha sido una excepción, y la presencia de este organismo ha vuelto a despertar preocupación entre bañistas, hosteleros y servicios de salvamento.

Para entender mejor qué ocurre con esta especie y cómo anticipar su llegada, en Asturias se desarrolla el proyecto Physalia Asturias, coordinado por el Centro Oceanográfico de Gijón (IEO-CSIC) y la Universidad de Oviedo, con la colaboración de entidades como el 112 Asturias y el Acuario de Gijón.

Instituto Español de Oceanografía

Carabela portuguesa

Investigación

Fernando Taboada, científico titular del Centro Oceanográfico de Gijón y uno de los investigadores principales, ha contado en COPE Asturias que el proyecto forma parte de una red nacional con equipos en Canarias, Cádiz y Asturias. “Nuestro objetivo es investigar la biología de la carabela portuguesa y principalmente cómo se distribuye y se mueve en el mar”, ha explicado.

Según ha apuntado, su presencia en Asturias está relacionada con factores como la temperatura del agua y los cambios en los patrones de circulación atmosférica y oceánica. “El agua está cada vez más caliente y eso favorece a organismos propios de latitudes tropicales y subtropicales. Además, son arrastrados hasta aquí por corrientes que en los últimos años han variado de forma notable”, ha señalado.

Reproducción

Aunque la carabela portuguesa aparece de forma ocasional y temporal en el Cantábrico, los investigadores ya tienen datos de que comienza a reproducirse en estas aguas. “Tenemos evidencias de que se están reproduciendo en nuestras costas, pero en otoño e invierno no pueden sobrevivir a las condiciones del mar. Lo que ocurre es que en los últimos veranos han sido arrastradas cada vez con mayor frecuencia hasta Asturias”, ha contado Taboada en COPE Asturias.

La situación no es exclusiva de nuestra región. Estos organismos también han sido detectados en el Golfo de Vizcaya, han logrado entrar en el Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar y en Canarias están presentes de manera permanente.

Precaución

La preocupación ciudadana es lógica, advierte el científico, porque se trata de un animal peligroso. “La picadura es tremendamente dolorosa y, en personas con antecedentes cardíacos o reacciones alérgicas, puede ser especialmente delicada. Por eso conviene extremar la precaución”, ha dicho.

Pese a ello, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad. “Asturias cuenta con unos servicios de salvamento muy buenos. Están atentos a la presencia de este tipo de organismos y si la gente tiene dudas, puede consultar con ellos en la playa. Habrá indicaciones y siempre se vela por la seguridad de todos los bañistas”, ha asegurado.

El proyecto Physalia Asturias, ha insistido Taboada, es todavía de investigación básica. No obstante, los equipos tienen en mente poder desarrollar en el futuro herramientas predictivas que permitan avisar con antelación de la llegada de la carabela portuguesa a la costa. Algo que, sin duda, sería muy útil para quienes disfrutan cada verano del mar en Asturias.