A poco menos de 15 kilómetros de Oviedo encontramos un entorno tan natural y salvaje como bello, las cascadas de Guanga. Un tesoro natural ubicado en el Valle del Trubia, también llamados Valles del Oso. De la unión del río Guanga y el río Trubia nacen una sucesión de cascadas que dan la sensación de encontrarnos en una auténtica selva que bien podría ubicarse en alguna zona de Sudamérica. Un espectáculo rodeado además de un bosque en el que abundan los robles, los castaños, los abedules o los castaños.

La ruta tiene unos 5 kilómetros de longitua apróximadamente y se puede recorrer de forma circular o lineal. Otros de sus atractivos, además de la frondosidad y variedad de especies arbóreas, son los antiguos molinos con los que nos podemos encontrar en su recorrido, y también en lo que fue la aldea de Guanga, de la que todavía quedan algunas casas y hórreos, que dan fé de una forma de vida ya extinguida.

Es una ruta muy intensa y recomendada, principalmente, para llevar a cabo en primavera para contemplar la naturaleza en todo esplendor y los chorros de agua que se cuelan entre la roca y asoman al exterior de las paredes. Lo que sí hay que tener en cuenta es que pisamos un terreno bastante húmedo, algo irregular, con un cierto grado de pendiente y con poca posibilidad por la espesura de la vegetación por lo que se recomienda tranquilidad, prudencia, y sobre todo, ir con un calzado adecuado y ropas adecuadas. La ruta se puede además realizar con niños, aunque es recomendable no salirse del sendero señalizado.

COMO ACCEDER

Para acceder desde Oviedo nos tendremos que dirigir al pueblo de San Andrés de Trubia y dejar el vehículo en la fuente que hay a pocos metros de la parada del autobús. Desde San Andrés podremos acceder a la ruta cicloturista que nos llevaría hacia los valles de Quirós y Teverga.