Los sindicatos y la dirección de la ingeniería Sacyr Fluor han alcanzado la pasada madrugada un preacuerdo para la aplicación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en los cinco centros de trabajo de la compañía que supondrá el despido de 153 empleados, 60 de ellos pertencen a la planta de Llanera y que aún deberá ser ratificado por la asamblea de trabajadores.

Según han informado a Efe fuentes sindicales, tras más de 18 horas de reunión la empresa mejoró algunas condiciones para las 153 personas que perderán su empleo en los centros de Madrid, Coruña, San Ciprián (Lugo), Llanera y Tamón (Asturias) frente a las 186 planteadas inicialmente, que suponían la mitad de la plantilla.

Para los afectados que vean extinguido su contrato se ha pactado una indemnización de 32 días por año trabajado con un tope de 22 mensualidades y también se ha mejorado el tratamiento del colectivo que inste su salida con adscripción voluntaria, según las mismas fuentes.

El Grupo SACYR se compromete además a crear una Bolsa de Empleo que permita recolocaciones de las personas afectadas por el ERE durante los siguientes doce meses dentro del grupo empresarial, junto con otras medidas que complementan el plan social.

Sacyr, que adquirió hace cinco años el 50 por ciento de la ingeniería Fluor, se hizo con la totalidad de la empresa en las últimas semanas y endureció las condiciones del ERE después de que las conversaciones permitieran acercarse a un preacuerdo inicial, según las mismas fuentes.

En octubre de 2015 Sacyr obtuvo el visto bueno de las autoridades europeas de competencia para la entrada en vigor del acuerdo por el que adquirió el 50 % de la filial española de la ingeniería Fluor Corporación por 39 millones de euros.

Esta operación dio lugar a la creación de Sacyr Fluor, sociedad de nueva creación participada al 50 % por la compañía española y la estadounidense Fluor.

Sacyr Fluor preveía centrarse en el desarrollo de proyectos llave en mano en el sector del petróleo y gas y multiplicar por diez su facturación en cinco años para rozar los 1.000 millones de euros.

La nueva compañía preveía realizar servicios de ingeniería aunque su principal negocio eran los proyectos llave en mano en refinerías, industria petroquímica e instalaciones de petróleo y gas