“La soledad no deseada es una de las nuevas formas de pobreza”, como asegura el director de Cáritas Asturias, Ignacio Alonso. Una soledad que afecta, cada vez, más a las personas mayores. Para intentar paliarla, ya en 2007, Caritas puso en marcha varios programas de acompañamiento para mayores, inicialmente en las zonas más rurales del occidente y el oriente asturiano. Desde entonces no han dejado de crecer y, con la ayuda de más de 150 voluntarios, se extienden también a las cuencas mineras, Avilés y Oviedo.

Este año, la previsión es atender a unas 1.100 personas mayores solas, tanto en sus domicilios como en residencias. De ellas, el 70 % tienen más de 75 años y un 60 % mujeres.

Una de las participantes en estos programas de acompañamiento domiciliario es Delia Bustillo del Canto, quien asegura que le ha cambiado la vida desde que recibe el apoyo de dos voluntarias. Delia explica que sus acompañantes "aportan ejemplo", le dan "alegría y vida" y le ayudan a no sentirse sola. 

La voluntaria Amparo Allonca, que desempeña sus labores en concejos del occidente asturiano, asegura que el voluntariado le ha aportado a ella "mucho más" de lo que ella da. En su opinión, los mayores, que "necesitan escucha activa y compañía", pueden aportar a los más jóvenes "muchas cosas", especialmente "valores de los que la sociedad actual carece bastante".

Ambas han participado este martes en la presentación del acuerdo alcanzado por Cáritas con la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar) para asistir a las personas mayores. Un acuerdo, a nivel nacional , por el que Fedifar lleva donados 150.000 euros en dos años a Cáritas. En Asturias participan 156 voluntarios y se estima que la aportación económica de Fedifar pueda ayudar a 634 personas solas.

Teniendo en cuenta que la soledad es "un fenómeno que irá a más" en el Principado, el presidente de Cofas y vicepresidente de Fedifar, Juan Ramón Palencia, ha explicado que la combinación de soledad más dependencia dibujan un nuevo escenario en el que iniciativas como la presentada hoy se hacen cada vez más necesarias. La soledad, han incidido, repercute de forma negativa en la satisfacción de las necesidades vitales, tales como la salud, la relación con el entorno, la seguridad o la nutrición.

Es por ello que la directora de la residencia Nuestra Señora del Portal, tras apreciar la "soledad" en la que estaban inmersos los usuarios de la residencia que regenta, contactó con Cáritas para pedir voluntarios que acompañasen a los ancianos en la realización de actividades o en paseos por la villa.

Con la presencia de los voluntarios, ha explicado, se ha logrado mejorar la vida de los mayores residentes, haciéndolos más activos y fomentando entre ellos las relaciones sociales. El resultado fue un incremento de la salud, del autoestima y quitar parte de la rutina y la soledad que sufren los usuarios y que repercuten en su salud.