Gijón es una ciudad que mira al mar y que tiene multitud de localizaciones desde las que se puede disfrutar de las olas y del precioso mar Cantábrico. Una de esas zonas privilegiadas para la observación del mar y el disfrute del paseo es el cerro del que hoy te queremos hablar, que tiene una historia muy peculiar, en el origen de su nombre. El cerro está coronado por la gran obra escultórica de hormigón que construyó en el año 1990, Eduardo Chillida: el "Elogio del Horizonte". Esta colina sobre el mar se encuentra situada en la zona alta de Cimadevilla, el barrio pesquero, por excelencia, y el origen de Gijón, como villa. El cronista oficial de Gijón, Luis Miguel Piñera, nos ha desvelado los secretos y la historia de este precioso enclave, desde el que se puede disfrutar de excelentes vistas, tanto de la costa como de los montes que rodean a la ciudad de Gijón.

Historia de una capilla

El Cronista Oficial de la Villa de Gijón, Luis Miguel Piñera, nos describe cómo en los antiguos planos de Gijón, de los años 1400 o 1500, ya aparece en lo alto del cerro una pequeña construcción, un templo, la capilla de Santa Catalina, en la que estaba asentado el llamado "gremio de los mareantes". No hay datos ni referencias de cuándo se construyó, pero el Cronista Oficial asegura que sí existen datos de la fecha en la que se derribó la capilla. "Sí hay constancia documental de cuándo se derribó la capilla, fue en el año 1898. En ese año consta que se derribó la capilla del cerro, así como otras muchas en Gijón que se derribaron en ese año"

La sede del "Gremio de mareantes"

La capilla de Santa Catalina tuvo varios usos a los largo de su historia. Fue la residencia del farero, por encontrarse en un lugar elevado, desde el que se daba referencia de costa a los navegantes. Pero también, siendo capilla albergó la sede del llamado "Gremio de mareantes". Era el sindicato que agrupaba a los pescadores de la época. Gijón era un gran puerto pesquero con aguerridos profesionales de la mar que iban a la caza de la ballena y otras especies que abundaban a pocas millas de la costa asturiana. Estamos hablando del año 1400 o 1500 y en la capilla de se veneraba a la Virgen del Mar y a Santa Catalina.

Una vez que se destruyó la capilla, en el año 1898, como nos señala Luis Miguel Piñera, la sede del "Gremio de mareantes" se trasladó a la capilla de la Soledad, en el barrio de Cimadevilla.

Si pasas por Gijón no dejes de pasear por el Cerro de Santa Catalina y disfrutar de sus vistas. Es un consejo de... Cadena COPE