Te voy a hablar de Inteligencia Artificial. Es un concepto que a veces asusta pero que, bien utilizado, puede dar lugar a grandes avances. Fíjate lo que va a hacer la Universidad de Zaragoza. Ha recibido 1,6 millones de euros para investigar en inteligencia artificial en dos sectores clave para Aragón: la automoción y la construcción. Lo van a desarrollar investigadores del I3A (el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón) en el marco de una nueva cátedra.

La cátedra ENIA es una de las 22 cátedras que ha concedido el Ministerio de Transformación Digital, 15 nacionales y 7 internacionales dentro de los Fondos Europeos Next Generation. Zaragoza se ha impuesto frente a otros competidores con un proyecto que tiene aplicaciones muy prácticas.

Su objetivo es investigar la aplicación de la Inteligencia Artificial para hacer la automoción y la construcción más sostenibles y encontrar soluciones a problemas que, de momento, no las tienen.

Esto se entiende mejor con un ejemplo. En el sector de la automoción se trabaja especialmente “en la aplicación de la IA al diseño resistente de los automóviles, sobre todo en los ensayos de choque, y en aligerar las estructuras, para emplear menos energía y materiales en procesos más simples”, explica el director de la cátedra ENIA, Elías Cueto.

En esta cátedra no solo participa la Universidad de Zaragoza. También lo hace la escuela ENSAN de París, una de las grandes escuelas de Ingeniería francesas; y la multinacional ESI Group, que ya en 1985 logró desarrollar un software capaz de realizar una simulación virtual del choque de un coche y que ha fabricado el primer vehículo sin ningún prototipo físico, con un desarrollo totalmente virtual.

Este es un gran ejemplo de colaboración público privada, porque del 1,6 millones de euros que recibe esta cátedra, 400.000 los pone la parte empresarial. La Universidad lleva ya 5 años trabajando con la multinacional ESI, que es proveedor de servicios de todas las empresas que utilizan este tipo de técnicas. Así que el objetivo es que todos los avances se trasladen de forma inmediata al mercado. Y quién sabe si esto puede ser un aliciente para la futura fábrica de baterías de Stellantis, cómo ha aventurado el director del I3A, Jesús Arauzo.

Un dilema de más de 500 años

Imagínate una construcción en forma de arco. Desde la época de los romanos, los constructores sin formación científica los usaban. Sabían que si eran gruesos, eran estables, y lo transmitían de forma oral.

El científico inglés Robert Hooke descubrió en el siglo XVII , encontró lo que se llama la forma perfecta: el arco funicular, que era más apuntado que el de medio punto. Pero nunca se ha podido extrapolar este concepto a la forma de una cúpula. Es un problema que lleva sin solución 500 años y que resulta clave “cuando se quiere trabajar con nuevas formas de construir, con la impresión en 3D del hormigón en masa o el adobe en 3D, porque son técnicas sostenibles pero faltan herramientas para el diseño de este tipo de estructuras”, detalla Cueto.

Y de eso se trata, de encontrar estructuras que sean resistentes usando los mínimos materiales posibles. Entre el 50 y el 75% del peso del hormigón que se pone en una estructura no ayuda a soportar cargas, sino que pesa más sobre el resto de la estructura. Y el objetivo es no desperdiciar ni material ni energía.

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Se trabaja para controlar, diseñar y mantener grandes infraestructuras con una Inteligencia Artificial predictiva. Tanto en construcción como en automoción, se va a trabajar con gemelos digitales, es decir, modelos virtuales de objetos físicos.

Terminator vs Iron Man

En todos los casos hablamos de una Inteligencia Artificial híbrida, “lejos de ese mundo oscuro que da miedo, aúna lo mejor de los dos mundos: la inteligencia humana y la artificial porque no tiene sentido renunciar a la experiencia adquirida por la humanidad durante siglos”, explica Cueto. Hablamos, más bien de una “inteligencia aumentada”.

Para que entendamos perfectamente este concepto, Cueto pone un ejemplo cinematográfico: “Huimos del modelo Terminator, una IA que pierde el control, se vuelve loca y destruye el mundo; estamos más cerca de Iron Man, ese superhéroe que no tiene ningún poder especial pero sí una IA que le provee de una información fuera del alcance de los humanos”.

La cátedra ENIA se desarrollará hasta diciembre de 2026 pero la idea es que controlar toda la vida útil de los proyectos que salgan de ella, por lo que “no va a ser flor de un día”.