En 'Carnicería J. Chirón' apuestan por la proximidad y el arraigo local desde el barrio del Actur de Zaragoza
Con más de 30 años de andadura a sus espaldas, Javier, uno de sus responsables, nos cuenta cuáles son sus productos estrella y cómo trabajan en su día a día
Zaragoza - Publicado el
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Desde hace más de tres décadas, la Carnicería J. Chirón es sinónimo de calidad y cercanía en el barrio del Actur, en Zaragoza. Al frente del negocio está Javier Chirón, un carnicero con 45 años de experiencia, que lleva 31 al frente de este comercio de referencia. Decidió establecerse en su propio barrio con un objetivo claro: ofrecer buen producto con trato cercano, profesional y constante.
Aunque reconoce que ya se aproxima la jubilación —"me quedan cinco años", afirma—, Javier lamenta que no habrá relevo familiar que continúe con el negocio. Sin embargo, mantiene intacto el entusiasmo por una profesión que, según dice, "tiene que gustarte" para poder ejercerla con dedicación. A esa pasión por el oficio se suma una visión empresarial muy clara: la necesidad constante de adaptarse a los nuevos tiempos. "Tienes que adelantarte a los cambios, si no, te quedas atrás", resume.
Más que una carnicería: cocina y producto elaborado
Desde que abrió, Javier ha sabido leer las nuevas demandas del consumidor. Por eso ha ido ampliando la oferta, incorporando una pequeña cocina en el local y elaborando platos listos para consumir. Hoy en día, en sus vitrinas no solo se encuentran piezas tradicionales, sino también cachopos, croquetas, lasañas, canelones y otros preparados pensados para quienes no tienen tiempo para cocinar pero no quieren renunciar a la calidad.
La selección de producto sigue siendo uno de los pilares del negocio: pollo gallego de Orense, ternera del Pirineo, ternasco con Denominación de Origen del Grupo Pastores, e incluso cerdo alimentado con castañas procedente de Galicia, disponible en ocasiones. Esa apuesta constante por lo local y por el sabor auténtico ha fidelizado a una clientela que valora tanto el origen del producto como el trato humano.
Además, Javier se ha preocupado por educar a los más jóvenes sobre el origen de los alimentos. Ha preparado vídeos divulgativos, con un tono didáctico y cercano, para explicar a niños y niñas de dónde proceden los productos que se venden en la carnicería. "A algunos les sorprende que los pollos no nazcan en bandejas ni crezcan en los árboles", comenta entre risas. Esta iniciativa ha sido muy bien acogida por las familias, que agradecen ese esfuerzo educativo y de cercanía.
Nuevos hábitos, nuevos retos
El verano trae consigo cambios en el consumo que también afectan al pequeño comercio. Antes, la carnicería cerraba en julio y agosto por vacaciones. Pero ahora, Javier asegura que junio ya muestra un descenso importante en ventas, debido a que muchas familias aprovechan los fines de semana para salir de la ciudad. Además, la demanda también varía: el cocido y los platos de cuchara dejan paso a opciones más ligeras como pechugas, piezas para empanar o carne para brasa.
A pesar de todo, la Carnicería J. Chirón se mantiene como un referente en el Actur. Su fórmula de éxito combina experiencia, atención personalizada y una gran capacidad de adaptación. Javier sigue fiel a sus principios, con la satisfacción de haber convertido su carnicería en algo más que un punto de venta: en un espacio de confianza, de cercanía y de calidad que ha sabido evolucionar al ritmo de su clientela sin perder su esencia.