Adiós a las últimas huellas del brutalismo en Zaragoza: el mítico edificio que será derribado tras más de 50 años
Uno de los edificios más icónicos de Zaragoza desaparece para dar paso a una gran zona verde con una inversión de más de 30 millones de euros
Edificio de Correos en Zaragoza
Zaragoza - Publicado el
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El emblemático edificio de Correos del barrio del Portillo de Zaragoza ha cerrado definitivamente sus puertas tras 52 años de servicio. La plantilla vivió el pasado 31 de octubre su última jornada laboral antes del inminente derribo de la estructura, que será reemplazada por una nueva zona verde. La atención a los usuarios de esta oficina de Correos se ha trasladado A partir del 3 de noviembre, la atención a los usuarios se realizará en una nueva oficina en Vía Hispanidad.
Un icono del brutalismo
El inmueble, diseñado en 1973 por el arquitecto José Luis González, es considerado un destacado exponente de la arquitectura brutalista. Diversas asociaciones en defensa del patrimonio han lamentado su desaparición, al tratarse de un ejemplo de calidad y bien conservado de un estilo arquitectónico que ha sido reivindicado en los últimos años.
Reorganización y traslado de servicios
Desde Correos justifican la decisión aludiendo al fin de la vida útil de la sede, que se encontraba infrautilizada y cuya cercanía a las vías del tren ya no es un requisito para la logística actual. El proceso de reorganización de Correos afecta a un total de 137 trabajadores, que serán reubicados en diferentes dependencias de la ciudad.
La unidad de paquetería se trasladará al Centro Automatizado de San Juan de Mozarrifar, mientras que la de reparto a pie se distribuirá entre otras tres oficinas. Los códigos postales 50004, 50010 y 50017 pasarán a ser atendidos en el Paseo de la Independencia, la Plaza Europa y la oficina de Los Enlaces, respectivamente.
Críticas sindicales
Los sindicatos CCOO y CSIF han mostrado su descontento con el cierre. Advierten que desviar la operativa a más de 15 kilómetros del centro de la ciudad podría "ralentizar y aumentar los tiempos de entrega", especialmente ante la cercanía de campañas de alta demanda como el Black Friday o la Navidad.
Edificio de Correos en el Portillo durante sus primeros años
El proyecto de transformación del distrito comenzará en diciembre con las obras del futuro parque. La sociedad Zaragoza Alta Velocidad invertirá más de 30 millones de euros en una actuación que cambiará por completo la fisonomía de esta zona de la capital aragonesa.
el estilo brutalista y otros edificios en zaragoza
El brutalismo es un estilo arquitectónico que surgió a mediados del siglo XX como una reacción a la ornamentación y los excesos del modernismo anterior. Su rasgo más característico es el uso del hormigón visto —de ahí su nombre, derivado del francés béton brut— y una apuesta por la sinceridad constructiva: mostrar las estructuras tal como son, sin revestimientos ni adornos superfluos. Las formas geométricas contundentes, las superficies rugosas y el aspecto casi escultórico de los edificios buscan transmitir fuerza, honestidad y funcionalidad.
En Zaragoza, este estilo dejó una huella notable durante las décadas de 1960 y 1970, cuando la ciudad experimentaba un intenso proceso de crecimiento y modernización. Uno de los ejemplos más representativos es la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en el Paseo María Agustín, cuya fachada de hormigón y líneas verticales refleja perfectamente la estética brutalista aplicada a la arquitectura religiosa.
Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Zaragoza
También el edificio del IAACC Pablo Serrano, con su estructura original de talleres industriales reinterpretada mediante volúmenes rotundos y materiales desnudos, encarna ese espíritu de solidez y expresividad.
IAACC Pablo Serrano
Otros ejemplos interesantes pueden encontrarse en el entorno universitario, donde destacan las facultades de Ciencias y de Matemáticas, diseñadas con bloques modulares de hormigón y una distribución funcional que prioriza la eficiencia sobre la ornamentación. Del mismo modo, algunos complejos residenciales construidos durante esa época en barrios como La Almozara o Delicias conservan elementos característicos del brutalismo, como los voladizos masivos, las texturas rugosas y la composición asimétrica de las fachadas.
Aunque durante años fue un estilo poco comprendido, el brutalismo vive hoy un renovado interés. Sus edificios, antaño criticados por su apariencia dura, son ahora reconocidos como parte esencial del patrimonio moderno de Zaragoza, testimonio de una época que apostó por la experimentación, la solidez y la identidad arquitectónica.
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