El poder invisible del vínculo humano animal en el tratamiento de enfermedades raras: "Cada avance de mi hija es un triunfo"
En un espacio al aire libre diseñado para la intervención terapéutica, familias y profesionales encuentran en la interacción con animales un complemento que favorece la calma, la motivación y la participación de los pacientes
Jaca - Publicado el
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En la Ciudadela de Jaca, un histórico recinto fortificado en el Pirineo Aragonés, se desarrolla un proyecto pionero que demuestra cómo la interacción con animales puede convertirse en un aliado terapéutico para personas con enfermedades raras, trastornos del desarrollo y diversidad funcional. A través de actividades estructuradas y acompañadas por profesionales especializados, niños y adultos encuentran motivación, calma y estímulos que complementan otras intervenciones. El proyecto ECOCIUDADELA, gestionado por la asociación ASCEAL, se ha convertido en un referente de innovación social y terapéutica, mostrando cómo el vínculo con los animales puede generar avances significativos en la vida diaria de los pacientes.
Un entorno que potencia la motivación
Las terapias se realizan en un entorno natural donde conviven ciervos socializados, ponis, perros y pequeños animales cuidadosamente entrenados para facilitar la interacción segura y respetuosa. George García, padre de Ixeia, una niña con síndrome PCDH19, recuerda: “Mi hija llegó con mucha rigidez, y un día, sin forzarlo, empezó a acercarse sola a los animales”. “Cada pequeño logro es un paso enorme para ella”, añade.
Mi hija llegó con mucha rigidez, y un día, sin forzarlo, empezó a acercarse sola a los animales"
Los profesionales de ASCEAL destacan que los animales no solo acompañan, sino que facilitan la comunicación, la motricidad y la calma emocional, generando avances que complementan otras terapias y programas clínicos.
Programa Ecociudadela
Historias que revelan el impacto
Algunas experiencias son reveladoras. Tras meses de hospitalización, Ixeia pidió algo muy concreto: “Quiero ir a ver a los animales”, recuerda su padre. Al llegar al espacio terapéutico, su primera reacción fue abrazar a un animal conocido. “Ahí entendimos que esto funcionaba”, añade George. Este tipo de interacción permite que los menores se sientan motivados, seguros y activos durante las sesiones, algo difícil de reproducir únicamente en entornos clínicos.
Los terapeutas explican que este vínculo con los animales se convierte en un vehículo para objetivos terapéuticos. Incluso usuarios con movilidad limitada o dificultades cognitivas muestran avances significativos en coordinación, atención y expresión emocional.
Programa Ecociudadela
Un modelo integral con impacto real
La asociación ASCEAL desarrolla programas que abarcan enfermedades raras, TEA, discapacidad física, Alzheimer y daño neurológico. Cada intervención está diseñada por un equipo multidisciplinar que planifica previamente la sesión para garantizar que tanto los animales como los participantes se sientan cómodos y seguros.
Un animal se convierte en un catalizador que nos permite alcanzar objetivos que de otra manera serían mucho más difíciles"
“No es solo tocar un animal; es un trabajo coordinado con médicos, terapeutas y familias”, subraya Roberto Banzo, presidente de ASCEAL. “Un animal se convierte en un catalizador que nos permite alcanzar objetivos que de otra manera serían mucho más difíciles”.
Roberto Banzo, presidente de la asociación ASCEAL
ECOCIUDADELA: sostenibilidad y continuidad
Uno de los pilares del proyecto es ECOCIUDADELA, que garantiza la continuidad de las terapias y la cobertura de costes mediante un modelo autosostenible. “El cien por cien de los beneficios del programa medioambiental se destinan al área social, lo que nos permite becar decenas de sesiones mensuales”, explica Roberto Banzo. Gracias a esto, más de 40 intervenciones individuales y más de 200 sesiones mensuales se realizan sin costo para las familias, asegurando que ningún niño o adulto pierda la continuidad de su tratamiento.
George coincide: “Aquí todo funciona en equipo. Cada profesional, cada animal, cada sesión forma parte de un proceso mayor. El resultado lo vemos en los progresos de nuestros hijos”.
El valor de la motivación diaria
El efecto terapéutico no se limita a la hora de la sesión. George explica: “Cuando le digo a Ixeia que hoy toca tío Roberto, ella sola se motiva y se prepara. Para un niño cualquiera esto sería rutina, pero para ella es un reto que supera con entusiasmo”. El vínculo afectivo con los profesionales se convierte en un estímulo constante, potenciando la autonomía y la participación en otras actividades de la vida diaria.
Ixeia disfruta también en el huerto
Un reconocimiento simbólico en Navidad
Este año, Ixeia, de seis años, será la encargada de pulsar el botón del encendido de luces navideñas. Junto al acto habrá vino quemado solidario, cuyos beneficios irán destinados a los programas de enfermedades raras de ASCEAL. Roberto Banzo explica: “El dinero se destina íntegramente a las intervenciones terapéuticas, porque nuestro objetivo es garantizar la continuidad de estos programas que tanto impacto tienen”.
George añade emocionado: “Ixeia ya está practicando para decir ‘Feliz Navidad’, un pequeño logro que para ella representa mucho esfuerzo y motivación”.
Los ciervos habitan en el foso de la Ciudadela
Ciudadela de Jaca
Roberto Banzo y George García
Comprendiendo la enfermedad rara PCDH19
La PCDH19, también conocida como epilepsia rosa, es una alteración genética que afecta al gen homónimo, situado en el cromosoma X, que codifica la proteína protocadherina‑19, esencial para la correcta comunicación entre neuronas. Las mutaciones en este gen pueden provocar una forma de epilepsia de inicio infantil —a menudo refractaria y caracterizada por crisis en racimos, muchas veces desencadenadas por fiebre—, acompañada de un amplio espectro de síntomas: desde dificultades en el desarrollo cognitivo hasta alteraciones del comportamiento, trastornos del lenguaje o déficits motores.
Aunque la expresión y la gravedad varían mucho de una persona a otra, para muchas familias estos efectos limitan gravemente la autonomía y la calidad de vida. Esto convierte a las terapias complementarias, como las asistidas con animales, en un recurso especialmente valioso para mejorar el bienestar de las niñas y niños afectados.