El Sevilla rescató un punto de las sombras que su fútbol mostró en Anoeta. El equipo sigue amarrándose a tres empates consecutivos para sostener una puesta en escena muy decepcionante. Nada hay, de momento, de ese Sevilla sólido, competitivo y combativo. Esas cualidades han virado radicalmente hasta convertirse en un equipo previsible, pesado y lento. La vida siempre tiene una valoración distinta dependiendo del punto de mira desde la que se observe. Es cierto que el Sevilla no pierde, pero jugando así lo hará muchas veces. El bloc de anotaciones sólo presenta un tiro a puerta de Rafa Mir en el 86’. Nada más. Sin duda, un registro raquítico para un proyecto armado para ser más ambicioso.

El fútbol pobre se mezcla con la inconsciencia de regalar penaltis a puñados. El Sevilla le regaló tres al Salzburgo y Diego Carlos se encargó de empaquetar otro a la Real Sociedad. La buena intervención de Bono ante Oyarzabal permitió rebajar el tono de la crítica. Navas, Rakitic, Papu y Jordan aún no han despertado. Lopetegui volvió a amar el juego conlos tres primeros y se equivocó. Imanol tuvo que darle paso a los chavales con el paso del tiempo por el cansancio acumulado y ni ese gesto animó al entrenador del Sevilla a intentar ganar. El punto evita que la caja de truenos se haya abierto. Pero da la sensación que está al caer.

Ficha técnica:

Real Sociedad (0): Remiro; Gorosabel (Zaldua, minuto 74), Aritz, Le Normand, Aihen; Zubimendi, Merino, Sorloth (Guevara, minuto 74); Oyarzabal (Lobete, minuto 58), Portu (Valera, minuto 74) e Isak (Januzaj, minuto 38).

Sevilla FC (0): Bono, Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Marcos Acuña, Fernando, Rakitic (Óscar, minuto 46), Delaney (Joan Jordán, minuto 60), Lamela (Lucas Ocampos, minuto 46), Papu Gómez (Rekik, minuto 85) y En-Nesyri (Rafa Mir, minuto 70).

Árbitro: Mateu Lahoz, valenciano. Amarillas para Rakitic, Lamela, Aihen, Januzaj y Óscar.