Carlota Blanca Romero tiene 14 años y padece espina bífida. Esta patología se produce cuando la columna vertebral y la médula espinal no se forman adecuadamente. Como consecuencia de ello los pacientes pueden tener problemas de movilidad, escoliosis o incluso descontrol de esfínteres.

Su historia sería la de una chica más con dificultades para hacer una vida lo más normal posible, con hasta siete intervenciones quirúrgicas de lo más complicadas, ingresos en el hospital, pérdida de días de colegio y largos postoperatorios.

Pero esa historia publicada en ABC de Sevilla y recogida por Deportes en Femenino es digna de alabanza porque hace un año y medio y gracias al deporte su día a día cambió.

Todo comenzó cuando una de sus doctoras le propuso el piragüismo como actividad física debido a que podría ser una disciplina apropiada para su patología. Los siguientes pasos fueron contactar con el Paralímpico Sevillano Javier Reja, que participó en Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020 y apuntarse al Club Náutico de Sevilla.

Allí se formó, pasó a integrarse en el equipo paralímpico de piragüa de Sevilla y comenzó a competir y a ganar medallas. Ya se ha colgado hasta 16 metales , 14 de ellos de oro.

Pasó de entrenar dos horas a la semana a hacerlo dos horas al día cinco veces a la semana, algo que tiene que compatibilizar con sus estudios, pero dice que el esfuerzo le merece la pena. Carlota tiene la mente en las paralimpiadas y ya ha sido seleccionada y concentrada con el equipo a nivel nacional.

Actualmente en sus entrenamientos usa una embarcación en el Clubque comparte con otro deportista con discapacidad. Su sueño ahora es poder conseguir un patrocinador que se haga cargo del coste de un barco adaptado propio de paracanoe para poder entrenar en las mejores condiciones posibles y mejorar sus marcas con la mirada puesta en representar a España en las próximas paralimpiadas.