Ramón, experto en seguridad vial, alerta del grave peligro de los patinetes cuando no son usados de manera correcta: "No son juguetes, son vehículos"

Un experto en seguridad vial analiza la proliferación de patinetes eléctricos, advirtiendo que el desconocimiento generalizado de la normativa los convierte en un riesgo mortal en pueblos y ciudades

Irene Ramos

Sevilla - Publicado el

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La explosión de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), comúnmente conocidos como patinetes eléctricos, ha transformado el paisaje urbano de toda España. Aunque suponen una alternativa de movilidad menos contaminante, su rápida expansión ha traído consigo un grave problema de seguridad vial. Ramón Romero, director de la Autoescuela Fórmula y experto en la materia, analiza las claves de un fenómeno que necesita regulación y, sobre todo, formación.

Para Romero, el problema principal no reside en el vehículo en sí, sino en la percepción que se tiene de él. La falta de concienciación convierte una herramienta útil en un peligro potencial tanto para el que lo conduce como para los peatones.

un patinete no es un juguete, es un vehículo con sus propias normas y riesgos  

El punto de partida del análisis del experto es claro: la sociedad no ha asimilado que un patinete es un vehículo con sus propias normas y riesgos. "La parte negativa es el desconocimiento de la norma por parte de quien conduce estos vehículos", explica Romero, quien subraya que  "al decir patinetes, pensamos que son juguetes, y no son juguetes, son vehículos".

Esta confusión lleva a comportamientos imprudentes y a minimizar las consecuencias de un accidente. El experto recuerda una realidad impactante: en un patinete no hay protección. "La propia carrocería en caso de un vehículo de movilidad personal o patinete es tu propio cuerpo", advierte, una diferencia crucial frente a un coche que hace que cualquier golpe o caída sea potencialmente grave.

El experto recuerda que es necesario ser consciente de los riesgos de moverse en patinete si no se cumplen las normas o no se usan elementos de protección personal

 Formación y concienciación: las claves para el correcto uso de este tipo de vehículos  

Según Romero, la falta de conocimiento afecta a todos los niveles, empezando por los padres que compran estos VMP a sus hijos sin ser plenamente conscientes de los riesgos. "No, no hay conciencia", lamenta.

Para atajar el problema de raíz, el experto propone un doble enfoque:

  • Educación vial: Desde la familia, los centros educativos e incluso en los puntos de venta. Sugiere que los vendedores podrían "dar como una especie de dosier, un folleto donde tenga unas normas mínimas que hay que cumplir".

  • Formación específica: Plantea que los centros de autoescuela podrían impartir cursos formativos, ya que "ahora mismo no hay nada" reglado para estos conductores.El casco, una protección que debería ser obligatoria

Una de las medidas más directas y efectivas para reducir la gravedad de los siniestros sería la obligatoriedad del casco. Preguntado al respecto, la respuesta de Ramón Romero es contundente: "Sí, yo lo pondría como obligatorio. Todo lo que sea proteger, siempre es bienvenido".

Argumenta que, al igual que es obligatorio para un ciclomotor o en carretera para un ciclista, cualquier vehículo que carezca de un "sistema de autoprotección" debería exigir el uso del casco para minimizar las lesiones en caso de accidente.

 Un vacío legal que llenan los ayuntamientos  

Actualmente, no existe una normativa estatal detallada que regule el uso de los patinetes, lo que ha dejado la responsabilidad en manos de los ayuntamientos. Esto provoca que las normas varíen de una ciudad a otra. "Prácticamente son los ayuntamientos los que tienen que poner sus propias normas en cada ciudad", explica Romero.

Mientras no llega una regulación unificada, el experto aconseja asimilar sus normas a las de las bicicletas, ya que ambos comparten la vulnerabilidad en la vía. La solución, concluye, pasa por una fase inicial de información masiva a la ciudadanía, seguida de una aplicación rigurosa de las sanciones para quienes incumplan, porque "se nos puede ir de las manos".