¿Tu perro odia a los gatos? Un experto explica el truco para que convivan sin peleas
Cuando un perro ve al nuevo gatito de la casa de al lado como una amenaza, la convivencia puede complicarse. El experto Adrián Navarro nos explica cómo evitar un conflicto entre ambos.
Málaga - Publicado el
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Conviven en muchas casas, pero la relación entre perros y gatos no siempre es fácil, sobre todo cuando el perro siente rechazo o agresividad hacia el felino. Imagina que tu vecina acaba de adoptar un gatito adorable y tu perro, que no soporta a los gatos, podría reaccionar de forma instintiva y peligrosa si se cruza con él. ¿Cómo evitar que esta situación termine en un conflicto? Adrián Navarro, fundador de Adiestramiento Canino Lopecán, explica en COPE Málaga cómo lograr que perros y gatos puedan convivir en paz, incluso cuando el instinto de caza del perro parece imparable.
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PRIMEROS PASOS PARA EVITAR EL CONFLICTO
Adrián Navarro subraya que cuando un perro ve a un gato que está fuera, su instinto natural puede activar la reacción de caza. “Si el gato está libre en el exterior y el perro lo ve, el instinto se despierta”, explica. Por eso, la solución inicial pasa por limitar la visibilidad entre ambos mediante barreras físicas, como vallas o mallas, que impidan que el perro observe constantemente al felino. De esta forma, el perro solo verá al gato en presencia de su dueño, por lo que podrá controlar la situación y premiarle comportamientos tranquilos, lo que ayuda a reducir la tensión con el tiempo.
Limitar la visibilidad reducirá la probabilidad de conflicto
Más allá de la raza o el instinto, la diferencia está en la socialización. Adrián apunta que los perros que han crecido rodeados de gatos tienden a aceptarlos como parte de su entorno. “Los perros que no han tenido contacto con gatos suelen mostrar rechazo o ansiedad, mientras que los socializados desde cachorros los consideran de la familia”, comenta. Incluso en entornos donde perros y gatos callejeros conviven, la tolerancia entre ambos es posible.
Entrenamiento y convivencia dentro de casa
Para facilitar la aceptación, Adrián recomienda que, siempre que sea posible, el perro conviva con un gato dentro del hogar. La convivencia diaria con un felino permite que el perro lo vea como parte de su entorno familiar y no como una amenaza o una presa. “Cuando el perro vive con un gato, aprende a relacionarse con él de forma natural, lo normaliza y deja de prestarle una atención excesiva”, explica Adrián.
Además, el adiestrador insiste en la importancia de trabajar ejercicios de obediencia básica como la llamada, el quieto o el enfoque hacia el dueño; especialmente en espacios donde haya gatos presentes. El objetivo es lograr que el perro mantenga el control y pueda ignorar al gato sin activarse ni reaccionar. “Si conseguimos que el perro mantenga la calma y atienda a nuestras órdenes en esas situaciones, reducimos el riesgo de una mala reacción”, añade.
CONTROL Y PACIENCIA
Por último, el adiestrador insiste en que lo fundamental es controlar las situaciones de encuentro y educar al perro para que su reacción sea tranquila. “Con una combinación de barreras físicas, socialización y entrenamiento, se pueden evitar problemas graves y conseguir que perros y gatos convivan bien”, concluye Adrián Navarro.