Pellicer se despide del Málaga agradecido: "Pierdo el mejor cargo de mi vida, pero gano una vida"

La sala de prensa 'Juan Cortés' de La Rosaleda ha sido testigo de una de las despedidas más emotivas que se recuerdan. Sergio Pellicer, visiblemente emocionado y al borde de la lágrima, ha dicho adiós al Málaga C.F. arropado por la plantilla al completo, el cuerpo técnico y numerosos empleados del club. Un adiós que cierra una etapa histórica en el banquillo blanquiazul.

Pierdo el mejor cargo de mi vida, pero gano una vida"

Sergio Pellicer

Ex entrenador del Málaga C.F.

El técnico de Nules ha resumido su sentir con una frase cargada de significado: “pierdo el mejor cargo de mi vida, pero gano una vida”. En su intervención, ha tenido un recuerdo especial para su mujer y su hija, explicando lo duro que será el día de mañana "cuando me levante y no pueda llegar y darle los buenos días a Anaya Rafi será será un día duro".

Un legado en el banquillo

Sergio Pellicer no se marcha como un entrenador más. Lo hace como una leyenda del banquillo malaguista, convirtiéndose en el segundo entrenador con más partidos en la historia del Málaga C.F., con un total de 186 encuentros dirigidos. Por delante, solo queda el recuerdo del mítico Joaquín Peiró, que alcanzó la cifra de 224 partidos.

Gracias a la familia malaguista

En su discurso, Pellicer ha querido agradecer a todos los que le han acompañado en este viaje. Primero, a los jugadores, a los que ha calificado como el “alma máter”, desde los actuales hasta los que tuvo en su etapa de juveniles. También ha extendido su gratitud a todo el cuerpo técnico que le "ha acompañado".

No se ha olvidado de los despachos, mencionando a los directores deportivos Manolo Gaspar y Loren Juarros, y a figuras como Manuel Casanova y el malogrado Francesc Arnau. Ha tenido palabras para el administrador judicial, José María Muñoz, y para el director general, Kike Pérez, a quienes ha agradecido su confianza "a pesar de nuestras diferencias en el día a día, pero gracias porque trabajamos buscando lo mejor".

Sin embargo, el momento más emotivo ha llegado con su agradecimiento a los “pequeños invisibles”, como él mismo los ha llamado. “A esas hormiguitas que dicen que son los empleados del club, los de mantenimiento, cocinera, oficinas. Ellos son, sois el verdadero motor. Habéis sido una segunda familia para mí”, ha afirmado con la voz entrecortada.

Vosotros sois la leche y sois los que mantenéis esto"

Sergio Pellicer

Ex entrenador del Málaga C.F.

Pellicer ha querido resaltar la importancia capital de estos trabajadores con una frase contundente: “vosotros sois la leche y sois los que mantenéis esto”. Ha insistido en que mientras jugadores y entrenadores pueden faltar, el club no seguiría adelante sin ellos: "Un día faltáis vosotros, esto no sigue".

puertas abiertas

En la despedida de Pellicer, Loren Juarros, director deportivo, dejó claro que Pellicer dejaba las puertas abiertas en el Málaga, aunque Pellicer no quiere pensar en ello: " Mañana por la mañana cogeré la bicicleta, daré un paseo, desayunaré, iré a por mi hija. El futuro lo veremos; vamos a vivir el presente. De normal me levantaría antes e iría a La Rosaleda. Mañana será el día más difícil para mí. Lo que tenga que venir vendrá; nunca se sabe lo que puede pasar. Es momento de separar los caminos. Creo que se necesita”   

Unidad para el futuro

Finalmente, ha dirigido un mensaje directo a la afición. Pellicer ha calificado de “increíble” lo que han vivido los seguidores en los últimos años y ha pedido “unidad” de cara al futuro. "Pido que ahora, cuando llegue el nuevo entrenador, que estén todos juntos, que apoyen a los jugadores, que juntos somos más fuertes”, ha declarado.

El ya exentrenador malaguista se ha mostrado optimista con el porvenir de la entidad, destacando el creciente número de niños en La Rosaleda. Pellicer cree firmemente que, si se mantiene la tranquilidad y la unión, “dentro de 2 años este equipo puede mirar a otras situaciones”, gracias al potencial de los jugadores, la afición y el trabajo que se realiza en el club.