Javier Ontiveros, la joya de la corona del Málaga, esa joya que es vital vender para que este año de reajuste económico tras el no ascenso a Primera sea clave para ajustar las cuentas y el desfase del límite salarial. En pocas palabras, todos en el club saben que la venta de Ontiveros es clave, para la proyección del jugador, para el club malaguista y en resumen, para todos.

El jugador marbellí sigue integrado en la dinámica del Málaga CF y está de pretemporada en Estepona a la espera de que el presidente blanquiazul, Abdullah Al-Thani dé luz verde al acuerdo que tienen los ejecutivos del club de Martiricos y el Villarreal para su traspaso por unos siete millones de euros más variables.Mientras eso ocurre, el futbolista ha empleado la red social Instagram para publicar una frase relativa a la espera: “La paciencia es la madre de todas las ciencias”.

Es bélica su marcha. El vacío es importante en esta categoría, pero es necesaria, como todos lo saben, es muy posible que sea cuestión de días. Víctor Sánchez del Amo sabe que Ontiveros saldrá y el cuerpo lo tiene asimilado y es más, se trabaja en el escenario de hacer la plantilla sin el marbellí, cuya empresa de representación ya trabaja, presumiblemente con el Villarreal para hacer efectiva la salida. Un traspaso que oscilaría los 8 millones de euros.

Con la salida de Ontiveros, Víctor perdería a su jugador más diferencial desde que llegó a Málaga. Con el madrileño, el extremo mostró su mejor nivel, tanto goleador como desequilibrante, supo gestionar su calidad. Con él perdería una arma importante y quiere que esa baza no desaparezca. Con su salida, el entrenador espera que el club haga un esfuerzo para incorporar a un jugador que supla la características que aporta el canterano, que no son otras que el desequilibrio, la agitación y el peligro que tan bien definen al natural de Marbella. Pero eso lo marcará ya más adelante el mercado. "Antes de entrar, dejen salir", se repite estos días mucho en La Rosaleda.