La muerte pasiva: el peligro letal para aves migratorias que cruzan Andalucía en este otoño
La provincia de Jaén se convierte en un punto peligroso para estas especies que mueren electrocutadas al descansar sobre tendidos eléctricos
Cigüeña electrocutada
Jaén - Publicado el
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En estos días, podemos ver sobre el cielo de nuestra provincia a numerosas aves que parten hacia África, procedentes de diferentes puntos de Europa. Son fechas propicias para la migración de estas especies, que sobrevuelan parte del territorio nacional durante este trayecto habitual cada otoño. Sin embargo, ese “viaje” puede convertirse en trampa mortal para estas aves, que buscan un punto de descanso en su itinerario.
En muchas ocasiones, ese emplazamiento para descansar se convierte en el punto y final de su vida, tal y como alerta la Sociedad Ibérica para el Estudio y Conservación de Ecosistemas (SIECE). Esta entidad, explica que las aves reposan sobre tendidos eléctricos que no están protegidos, algo que provoca la instantánea muerte de los animales por electrocución.
Un desenlace fatal para el que buscan una solución. En Jaén, un grupo de voluntarios de SIECE recorre cada año la provincia para detectar puntos negros en este sentido. Buscan los tendidos eléctricos más peligrosos para las aves, con el fin de comunicarlo a las compañías eléctricas y a la Junta de Andalucía, para así intervenir sobre estos puntos y evitar la muerte de especies, que en muchos casos están protegidas.
Hablamos con Francisco Javier Pulpillo, biólogo de SIECE, el cual resalta que hace unos días, alertaron de un bando de 500 cigüeñas en Baños de la Encina, de las que más de una treintena perdieron la vida al quedar electrocutadas.
Esta situación era mucho peor hace unos años. Pulpillo cuenta que en 2016 contabilizaron 1.200 aves electrocutadas en la provincia, mientras que en este 2025 apenas se supera el centenar. Todo ello es fruto del trabajo voluntario de estos amantes de la naturaleza, que han recorrido palmo a palmo la provincia de Jaén para detectar los puntos más conflictivos para las aves. De hecho, se confirma que la labor de estos voluntarios es crucial al ver cómo en España mueren electrocutadas cada año unas 50.000 aves por este motivo.