Jóvenes sin piso y mayores sin compañía
Un innovador programa de alojamiento intergeneracional impulsado por la Universidad de Huelva ofrece a los jóvenes universitarios una alternativa habitacional mientras combate la soledad no deseada de las personas mayores.

Entrevista sobre el programa del alojamiento intergeneracional de la UHU
Huelva - Publicado el
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En la Universidad de Huelva, el programa de Alojamiento Intergeneracional con Mayores ha tejido una red de convivencia, respeto y solidaridad entre estudiantes universitarios y personas mayores. Bajo la coordinación del Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria (SACU), esta iniciativa ofrece mucho más que una solución habitacional: promueve el encuentro entre generaciones, fomenta la autonomía de los mayores y ofrece a los jóvenes una experiencia vital difícil de olvidar.
María Jesús Rojas, responsable de Participación y Representación Estudiantil de la Universidad de Huelva, explica que el programa se enmarca dentro del área de acompañamiento del SACU, donde también se gestionan otros proyectos como Alojamientos con Corazón, en la casa Paco Girón. Sin embargo, este en particular destaca por su valor social: "Para nosotros es un proyecto de transferencia social", afirma.
El funcionamiento es sencillo pero significativo. Una persona mayor –o una pareja no dependiente– abre las puertas de su hogar a un estudiante universitario durante el curso académico. A cambio de una convivencia basada en el respeto mutuo y la colaboración, el estudiante recibe alojamiento gratuito. "No se trata de que el estudiante actúe como cuidador, sino de que ambas partes se enriquezcan mutuamente", subraya Rojas. El programa cuenta con entrevistas previas, seguimiento continuo y un periodo de adaptación para garantizar el bienestar de ambas partes.
Una de las voces que mejor pueden ilustrar el impacto del programa es la de Manuela, una estudiante camerunesa de Filología Hispánica que vivió con Carmen, una mujer mayor onubense. "Mi experiencia fue maravillosa, me ayudó muchísimo y lo pasé fenomenal", relata con una sonrisa. Aunque la convivencia estaba prevista solo para unos meses, la relación entre ambas fue tan estrecha que hoy, tiempo después, siguen viéndose y hablando como si aún compartieran casa. "Salimos de ahí siendo una familia. Yo la llamo mi abuela Carmen", dice con orgullo.
Manuela llegó a Huelva con una beca Erasmus y decidió quedarse para continuar sus estudios. Fue entonces cuando buscó alternativas de alojamiento y descubrió el programa. Tras un breve periodo de prueba en octubre de 2024, comenzó a convivir con Carmen. "Nos llevábamos muy bien, ella estaba contenta conmigo y yo con ella. Fue una convivencia que se transformó en vínculo familiar", asegura. Aunque por cuestiones administrativas no pudo seguir viviendo allí, guarda un recuerdo imborrable de la experiencia.
Al principio, como es natural, Manuela sentía cierta incertidumbre. "Tenía miedo porque soy muy tímida y no sabía si iba a encajar", recuerda. Pero pronto se disiparon sus dudas. Incluso en lo económico, encontró una sorpresa: "Me decían que compartiría gastos, pero Carmen nunca me dejó pagar nada. Siempre decía: ‘No te preocupes, hija, no pasa nada’".
Desde la Universidad de Huelva, subrayan que el programa también aborda dos problemas sociales importantes: la dificultad de acceso a la vivienda para jóvenes y la soledad no deseada en personas mayores. "El domicilio es un espacio de independencia y autonomía para los mayores, y este programa permite que sigan viviendo en su entorno, con compañía y sin necesidad de institucionalización", explica Rojas, quien también es profesora de Envejecimiento en la Facultad de Enfermería.
Los requisitos para participar son simples. En el caso de los estudiantes, deben estar matriculados en cualquier titulación de grado, máster o doctorado en la Universidad de Huelva. En cuanto a las personas mayores, solo deben tener ganas de compartir y no ser dependientes. "Lo demás lo ponemos nosotros: la coordinación, el seguimiento, el apoyo", garantiza Rojas. De hecho, el programa está abierto todo el año, y aunque ya hay más de 40 solicitudes estudiantiles, siguen haciendo falta más personas mayores dispuestas a vivir esta experiencia.
Para más información o para inscribirse, pueden acudir al edificio Juan Agustín de Mora, en el campus del Carmen, junto al comedor universitario, o llamar al 959 21 84 21, donde la compañera Laura se encarga de atender todas las dudas.
Manuela, con su experiencia aún fresca en la memoria, anima a otros estudiantes a participar: "Que no tengan miedo, que se atrevan. Seguro que les saldrá bien". Ella misma no sintió nunca que la diferencia de edad supusiera una barrera: "Tenía mi libertad, hacía mis cosas, y también la acompañaba si tenía alguna cita. Nos hacíamos compañía mutuamente".
El programa de alojamiento intergeneracional demuestra que, en un mundo cada vez más fragmentado, todavía es posible construir puentes entre generaciones. Un techo compartido puede convertirse en una historia compartida. Y en algunos casos, como el de Manuela y Carmen, en una familia elegida.