El comedor social Virgen de la Cinta de Huelva lanza un SOS
El Comedor Social Virgen de la Cinta afronta las Navidades con los almacenes casi vacíos y sin la ayuda de las grandes empresas onubenses
Huelva - Publicado el - Actualizado
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El Comedor Social Virgen de la Cinta de Huelva es mucho más que un lugar donde comer. Es un refugio que sirve 130 comidas diarias, una cifra que se dispara a 200 en Navidad. Su presidenta, Carmen Vázquez, subraya que la necesidad no descansa y que la solidaridad es vital durante todo el año para sostener un presupuesto anual que el año pasado alcanzó los 100.000 euros, cubierto íntegramente con donativos.
La Navidad, un respiro temporal
Gracias a un acuerdo con el Puerto de Huelva, el comedor podrá ofrecer menús especiales en Nochebuena, Nochevieja y Reyes. "Van a poder comer muy bien", asegura Vázquez, detallando que servirán desde jamón y langostinos hasta carne con patatas y postres navideños. El fin de año incluirá las tradicionales uvas y el Día de Reyes, el roscón.
El reto de la financiación
No he conseguido entrar nunca en el área de la gran empresa de Huelva"
La financiación es una carrera de fondo. La entidad cuenta con una base de colaboradores que aportan cuotas mensuales, desde 3 a 15 euros, y donativos anónimos que "te suben la moral", según Vázquez. Sin embargo, lamenta la falta de apoyo del gran tejido empresarial onubense: "Lo que es la gran empresa de Huelva, digamos, el polo y eso, no he conseguido entrar nunca en ese área".
Para quienes deseen colaborar, existen varias vías. Se puede hacer un ingreso en la cuenta del comedor en la Caja Rural, o bien llevar alimentos directamente a su sede en la calle Boyullos del Condado, 5, en la barriada del Molino de la Vega. "El que no quiera dar dinero, puede traer una bolsa de comida", explica la presidenta.
Historias de exclusión y supervivencia
El perfil de los usuarios es complejo y a menudo invisible. "El principal problema por lo que nosotros vemos es la droga", señala Vázquez. Esta situación lleva a muchas personas a ser expulsadas de sus hogares y a vivir en la calle. "Anoche me acordaba de mis usuarios, diciendo: '¿Dónde estarán durmiendo?'", confiesa, relatando que muchos duermen debajo de puentes en Huelva y Punta Umbría.
El llamamiento a la colaboración es hoy más urgente que nunca. Vázquez advierte que tienen "un poquito los almacenes vacíos de todo, de garbanzos, de hasta macarrones". La situación económica general también se nota en la generosidad de la gente, que ha disminuido, una realidad que pone en jaque la labor diaria del comedor.
En los últimos años, también ha aumentado notablemente el número de inmigrantes que acuden al comedor. Llegan a Huelva con promesas incumplidas y sin recursos. Carmen Vázquez se pregunta a menudo al verlos: "¿Qué os prometieron?". A pesar de su situación, destaca que "son muy agradecidos".
¿Qué os prometieron"