“Las agresiones a guardias civiles han aumentado un 50% en la Cuenca Minera desde 2021"
El secretario general de la AUGC en Huelva, Lucas Lavilla, reclama más medios y protección para frenar la impunidad y señala sentirse "abandonados por las instituciones"
Huelva - Publicado el - Actualizado
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El pasado fin de semana, dos agentes de la Guardia Civil fueron agredidos en Río Tinto, en el barrio Alto de Mesa, cuando intentaban identificar a dos personas implicadas en una pelea. Un grupo de unas quince personas los rodeó, los insultó y les lanzó objetos. La tensión no terminó allí: ya en el cuartel, continuaron las amenazas de muerte y los intentos de intimidación a los efectivos.
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) aseguran que este tipo de episodios se repiten cada vez con más frecuencia en la provincia. Lucas Lavilla, secretario general de la AUGC en Huelva, explica que desde 2021 las agresiones a agentes han aumentado en más de un 50%.
Lavilla señala que los guardias civiles “se sienten indefensos” porque, cuando las lesiones no son graves, las consecuencias judiciales suelen ser mínimas. “El agresor se siente impune y crecido”, asegura.
Una violencia extendida en varias zonas
El problema no se limita a la Cuenca Minera. Según Lavilla, zonas como Lepe también registran un repunte de agresiones, ligado al aumento del narcotráfico y la delincuencia en general. A esta realidad se suma la falta de medios y de personal, que obliga a que los mismos agentes respondan una y otra vez a los avisos y terminen acumulando enfrentamientos con los mismos grupos conflictivos.
AGRESIONES
El portavoz recuerda el episodio de abril, cuando la misma familia implicada en la reciente agresión acudió al cuartel de Río Tinto para arrojar piedras y botellas contra los agentes y amenazarles de muerte.
Indefensión y estrés añadido
Aunque los últimos incidentes no han causado lesiones graves, Lavilla advierte de que el malestar en el cuerpo es evidente: “Los compañeros salen cabreados, apretando los dientes y esperando que la cosa cambie”. Añade que la presión psicológica aumenta cuando los agentes se sienten coaccionados, temiendo denuncias falsas o la exposición en redes sociales.
“El guardia civil no debería preocuparse de si lo graban con un móvil, sino de garantizar la seguridad ciudadana”, lamenta.
Reclamo de reconocimiento y protección
El secretario provincial de la AUGC critica que el Gobierno niegue el reconocimiento de la Guardia Civil como profesión de riesgo, algo que considera fundamental para garantizar mejores condiciones de seguridad y recursos. “Nos faltan muchísimos medios materiales y humanos en todas las unidades”, subraya.
Lavilla concluye con una metáfora contundente: “Contra los lobos no se pueden poner corderos, hay que poner mastines. Pero si en lugar de mastines ponen caniches, pasa lo que pasa”.