Llegamos en esta semana al miércoles de ceniza, e iniciamos el tiempo de cuaresma. Un tiempo muy importante del calendario cristiano, que nos llevará a la Semana Santa; nos disponemos a conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Son días que esperamos durante todo el año, y que aquí en Andalucía, celebramos este tiempo con especial intensidad.

Este año además, acogemos este tiempo con una ilusión especial, tras dos años sin haber podido ver a nuestras cofradías en las calles, realizando su estación de penitencia, o los Via Crucis, o demás actos piadosos, propios de estas fechas.

Llenos de Esperanza, iniciamos este tiempo litúrgico, que viviremos en nuestras Hermandades, participando en sus cultos, y que tendrán su momento culminante al realizar la estación de penitencia, junto a nuestros sagrados Titulares.

Nos dejaremos envolver por tan queridas costumbres y tradiciones, respetaremos los días de ayuno y abstinencia, pero cuando esté permitido, seguro que caerá alguna torrija, un platito de arroz con leche o un buen bacalao con tomate.

Pero por encima de todo, no dejemos de aprovechar este tiempo, para que el mensaje que nos trae la Semana Santa, pueda seguir irradiando su Luz, y alumbrando nuestra vida y nuestro camino como cristianos.

Nos puede ayudar especialmente el mensaje que el Papa Francisco nos ha dirigido para esta cuaresma; el Pontífice nos invita a reflexionar en este camino cuaresmal, sobre la exhortación de san Pablo a los gálatas: No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a sudebido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos (Ga 6,9-10a).

Añade el Santo Padre, que la Cuaresma nos recuerda cada año que el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. Por tanto, pidamos a Dios la paciente constancia del agricultor, para no desistir en hacer el bien, un paso tras otro… Que la Virgen María, en cuyo seno brotó el Salvador, nos obtenga el don de la paciencia y permanezca a nuestro lado con su presencia maternal, para que este tiempo de conversión dé frutos de salvación eterna”.

Aprovechemos este tiempo de cuaresma, que es también es para nosotros tiempo de gozo y de espera, para prepararnos ante lo que ha de venir, en muy pocos días; examinemos nuestra vida como cristianos y como cofrades, y cómo vivimos en nuestro interior la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Limosna, ayuno y oración. Son las tres actitudes que debemos cultivar en la cuaresma, con ellas intentamos perfeccionar nuestra vida como cristianos. En estos momentos además, cruciales en la historia del mundo y especialmente de Europa, el Santo Padre nos invita y nos exhorta, en una jornada de ayuno y oración, este miércoles de ceniza, a tener presente la terrible situación en Ucrania, una nación hermana, injustamente atacada, y a rezar por ellos y por la paz.

Para todos, queridos amigos y amables lectores, mis mejores deseos de una provechosa y fructífera cuaresma y Semana Santa; que la vivamos con intensidad y con gozo, lo que nos llevará a la alegría de la Resurrección y, cincuenta días después, a ese esperado Pentecostés.