Paco Motero, tricampeón de España en parabádminton: "Le debo muchísimo al bádminton"
El deportista onubense relata cómo el deporte lo rescató tras un accidente de tráfico y cómo hoy inspira a otros desde la pista y fuera de ella.

Entrevista a Paco Motero, tricampeón de España de Parabádminton
Huelva - Publicado el
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Por muchos, Paco Motero es conocido como el tricampeón nacional de parabádminton. Pero detrás de ese título hay mucho más: hay un accidente de tráfico, una silla de ruedas, una raqueta desconocida y, sobre todo, una historia de superación. Natural de Huelva, este deportista no solo conquista medallas, sino también corazones, como padrino de causas sociales y voz de motivación en centros educativos.
Un fin de semana dorado en Talavera de la Reina
Paco Motero se ha proclamado campeón de España en tres modalidades —individual, dobles masculinos y dobles mixtos— en el último campeonato nacional celebrado en Talavera de la Reina. Según cuenta, ha sido un fin de semana “intenso”, ya que en apenas día y medio se concentraron numerosos partidos, pero el esfuerzo valió la pena: “Se han cumplido los objetivos: conseguir las máximas medallas y, en este caso, los máximos oros posibles”.
Los logros no serían posibles sin sus compañeros de dobles, Nacho (de Galicia) y Maya (de Córdoba), a quienes también agradece su implicación. En su opinión, el éxito no ha sido casual: el equipo llega a la competición preparado, con una planificación clara y mucho trabajo detrás.
El parabádminton como tabla de salvación
En 2015, un accidente de tráfico cambió la vida de Paco. Fue durante su rehabilitación en el Hospital Nacional de Parapléjicos donde descubrió el parabádminton, una modalidad adaptada para personas con discapacidad física. “Nunca había jugado antes al bádminton, ni siquiera en el colegio”, confiesa.
Comenzó en silla de ruedas y con muchas dificultades. Le costaba conectar dos golpes seguidos, pero su constancia lo llevó a competir en campeonatos nacionales e internacionales. Reconoce que ha perdido mucho más de lo que ha ganado, pero cada derrota ha sido parte del camino hacia las victorias que hoy celebra. Entre sus mayores logros destaca una medalla en el Campeonato de Europa en dobles mixtos junto a su compañera Narin, una jugadora turca: “Escuchar el himno de España en el podio fue muy bonito”.
El deporte como obligación vital
Para Paco, el deporte no es solo una afición, sino una necesidad. “Para las personas con discapacidad no es solo recomendable, es obligatorio”, asegura. El parabádminton se ha convertido en su nueva vida. Como él mismo dice, cuando unas puertas se cerraron, se abrió una muy bonita: “Conozco medio mundo gracias a este deporte y le debo muchísimo”. Su mujer, dice con humor y gratitud, fue quien lo empujó a probarlo en un momento en que él dudaba incluso de sus propias capacidades.
Compromiso más allá de la pista
Fuera del ámbito deportivo, Paco también dedica su tiempo a causas sociales. Es padrino de El Patio del Amor, un proyecto de la asociación del mismo nombre que pretende transformar una terraza del Hospital Juan Ramón Jiménez en un espacio lúdico para niños hospitalizados. “Tener aire libre y un espacio donde jugar mejora mucho la estancia de los niños y sus familias”, afirma con convicción. Como padre de dos hijos, sabe lo importante que es este tipo de iniciativas.
El próximo reto: Europa
Motero no se detiene. Con la vista puesta en próximos campeonatos internacionales en Escocia y Gales, y especialmente en el Campeonato de Europa de noviembre, ha vuelto a los entrenamientos apenas dos días después del último título. Entrenar, competir, puntuar y mejorar el ranking mundial son ahora las prioridades. “Queremos llegar lo más alto y ojalá consiga una medalla en individual”, comenta ilusionado.
Un mensaje de lucha y esperanza
Paco termina la entrevista con el mensaje que repite cuando visita colegios e institutos dentro del programa educativo Hablando con Paco: “La vida muchas veces nos presenta dificultades y hay que adaptarse, como decía Darwin: adaptarse o morir”. Sabe que todo le cuesta más desde su silla de ruedas, pero no por ello deja de pelear. “Hay que echarle coraje, porque si no, no conseguimos tener una vida normal y ser felices, que es de lo que se trata”, afirma con una sonrisa.
Con cada golpe de raqueta y cada palabra de aliento, Paco Motero demuestra que el verdadero triunfo no siempre está en lo más alto del podio, sino en la capacidad de transformar la adversidad en impulso. Él lo ha hecho. Y lo sigue haciendo.