Desde las distintas asociaciones de consumidores se trabaja cada día por los derechos, pero también se intenta transmitir la idea de que debemos hacer un consumo responsable que ayude a tener un comercio más justo y también que respete el medio ambiente. No debemos dejarnos llevar por la publicidad y saber realmente si necesitamos o no ese producto. Pero también debemos fijarnos de dónde procede el producto, cómo está fabricado, si pertenece a comercio justo si hablamos de alimentación... Son muchos los factores a tener en cuenta y que podemos encontrar en el etiquetado de los productos que están a nuestra disposición. Esta es la manera que tenemos los consumidores de poder cambiar el mundo y hacer del mismo un planeta mejor, en este día donde los jóvenes han salido a la calle para mostrar su enfado con el actual modo de comercio y todo lo que genera negativamente al planeta. Aunque algo está cambiando, seguimos contaminando y llenando los mares y ríos de desechos que finalmente acaban en nuestro organismo. Es el caso del plástico que se desintegra con el paso del tiempo y acaba en los mares, que luego pasa a la cadena alimentaria y que finalmente tenemos en nuestra mesa, pensando que estamos comiendo sano.