La procesión de Nuestra Señora de la Cabeza se afianza como una de las glorias más interesantes de estas fechas. La devoción y cariño que siente su barrio y el tinte romero que inunda el recorrido son dos de sus principales bazas.

Como cada segundo domingo de noviembre, la Fraternidad Mercedaria se echó a las calles de su barrio. Sonó en primer lugar 'Morenita y pequeñita', su himno interpretado por la Unión Musical Asidonense, que se repitió varias veces durante la procesión. Nada más abandonar la Parroquia del Corpus Christi, la Virgen de la Cabeza pisó la calle La gloria de fray Jesús Fernández. El recuerdo del Padre Jesús sigue estando muy presente, especialmente, en este barrio de Jerez. Precisamente, el siguiente momento emotivo se vivió en el azulejo en su recuerdo, al inicio de la Cuesta de las Piedras. La exigente subida de esta cuesta tuvo como culmen la tradicional sevillana que Antonio Ortega ofrece cada año. Y llegó la primera petalá, justo antes de la Gruta del Rocío.

La novedad de este año es que la comitiva visitó en primer lugar San Mateo y la capilla de Santa Marta, para posteriormente dirigirse a la Basílica de la Merced. Ya en la recogida, Andújar se hizo presente al tremolar la bandera frente al paso. Con el punto final, sobre las diez y de nuevo con los sones de su himno, Picadueñas comenzó a soñar con una nueva procesión junto a su Virgen.