Ante los mensajes de odio, la Iglesia pone a los migrantes como signo de esperanza para el mundo

La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año se celebra el próximo domingo 5 de octubre, es una llamada universal a mirar el fenómeno migratorio no solo desde la urgencia humanitaria, sino también desde una visión evangélica de esperanza y dignidad. Bajo el lema “Migrantes, misioneros de esperanza”, esta jornada nos interpela a reconocer a las personas migrantes y refugiadas como protagonistas activos de transformación, no sólo como destinatarios de ayuda o acogida.

En un mundo herido por conflictos, desigualdades e injusticias estructurales que obligan a millones de personas a dejar atrás su hogar, su cultura y, a menudo, a sus familias, la Iglesia propone una mirada distinta: una mirada que descubre en ellos el coraje de la fe, la fuerza del testimonio y la riqueza que aportan a las comunidades que los reciben. Como han expresado los obispos, las personas migrantes «nos muestran el coraje de la vida desde la certeza de que Dios los acompaña en sus tribulaciones», y, al mismo tiempo, revitalizan nuestras sociedades con su juventud, sus valores, su trabajo y su fe.

En nuestra diócesis el Secretariado de Migraciones trabaja durante todo el año para acompañar, acoger y dignificar la vida de quienes llegan buscando una oportunidad. Para conocer más en profundidad el mensaje de esta Jornada, los actos previstos y la labor desarrollada por el Secretariado conversamos con su director, el Padre Sante Zanetti.

Además, como siempre, escuchamos el mensaje semanal de nuestro obispo, Mons. Rafael Zornoza. Y repasamos lo más destacado de la actualidad diocesana.