• Sábado, 27 de abril 2024
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SECCIÓN PSICÓPATAS

Richard Chase, 'el Vampiro de Sacramento'

Tras años matando animales para beberse su sangre, en 1978 asesina a varias personas siguiendo el mismo ritual.

Richard Chase, el Vampiro de Sacramento

DIEGO MARTÍNEZ/COPE ALMERÍA

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 12:09

La sección Psicópatas de Diego Martínez en Herrera en Cope trata la historia de Richard Chase, el Vampiro de Sacramento, un asesino que ya desde muy joven mostró un comportamiento extraño. Chase en 1976 cree ser la reencarnación de uno de los miembros de la banda de Jesse James, un famoso forajido estadounidense, y duerme colocando naranjas alrededor de su cabeza “para que la vitamina C se filtre hasta su cerebro”. En esa época, cree que para sobrevivir necesita sangre fresca. Compra conejos, cuya sangre bebe y de los que se traga crudas las vísceras.

A veces mezcla sangre y vísceras poniéndolos en la licuadora. Con ocasión de una de sus visitas en 1976, su padre lo encuentra muy mal y lo lleva al hospital. Los médicos se percatan de que se inyectó en las venas sangre de conejo. Lo internan de nuevo, y lo diagnostican como un ser paranoico esquizofrénico, pero sus padres se hacen con él y sale a la calle.

En 1977, Richard Chase está convencido de que sus órganos se desplazan en el interior de su cuerpo, que su corazón disminuye de tamaño a causa de la falta de sangre, que su estómago está pudriéndose. Mata a numerosos perros y gatos, cuya sangre y vísceras mezcla con Coca-Cola para beberla en forma de cóctel. En mayo de 1977 mata al gato de su madre y, delante de ésta, se cubre la cara con la sangre del animal. Chase se marcha luego al Estado de Nevada, donde un sheriff lo detiene porque se pasea desnudo con el cuerpo pintado con la sangre de una vaca que acaba de matar.

DE LOS ANIMALES A LOS HUMANOS

En 1977, compra una pistola semiautomática del calibre 22, aunque ya tenía una escopeta de caza. El 29 de diciembre dispara dos veces contra un desconocido, que muere a consecuencia de ello. El 23 de enero de 1978, cerca de su domicilio, entra a robar en una casa, cuyo propietario le sorprende. Le robó solo 16 dólares y un catalejo. Pero tuvo tiempo de orinar en un cajón y de defecar en la cama de uno de los hijos.

Dos horas más tarde ve a una joven de 22 años, Theresa Wallin, embarazada de tres meses, que está sacando una bolsa de basura. Le dispara tres veces a quemarropa y entra en la casa. Mientras su víctima agoniza, Chase le abre el vientre y le arranca los intestinos, que extiende por el suelo. Le apuñala el hígado, le corta un pulmón, le arranca los riñones y los coloca encima de una cama. Frenético, apuñala el cuerpo todavía numerosas veces y se pinta la cara con sangre. Luego va a la cocina, donde toma un bote de yogur para beber mejor la sangre de su víctima.

Cuatro días después, entra en el domicilio de Evelyn Miroth. Chase dispara a la cabeza de esta joven de 27 años antes de ejecutar a Daniel Meredith, el amigo de Evelyn, y a su hijo Jason, de 6 años de edad. Al oír el llanto de un niño, se acerca a una cuna y mata de un tiro en la cabeza al sobrino de Evelyn, David Fereira, de 22 meses. Se lleva el cuerpo de la mujer a un dormitorio y lo desnuda antes de quitarse su propia ropa y de ponerse guantes de caucho. Terminada su macabra carnicería, sodomiza a la víctima, le arranca un ojo y bebe su sangre.

DETENIDO Y LO CONFIESA TODO

Tras un arduo registro, la policia llega al domicilio de Chase. Este trata de huir pero es detenido por la policia, que cuando entran en su domicilio huele a podrido. Las paredes y los muebles están cubiertos de manchas de sangre, el suelo del dormitorio está sembrado de materia fecal, y descubren huesos humanos en el salón y la cocina. Encima de la cama, un plato contiene restos de cerebro, rodeados de sangre fresca.

Chase acaba confesando sus crímenes sin abandonar una actitud incoherente. “Cuando pasé por delante de la casa de Theresa Wallin tenía hambre y me estaba muriendo. Mi sangre está envenenada y un ácido me corroe el hígado. Era absolutamente necesario que bebiera sangre fresca» confeso.

El vampiro de Sacramento fue condenado a la pena de muerte. Llevaba menos de un año en la famosa prisión de San Quintín cuando se suicidó con una sobredosis de medicamentos el 26 de diciembre de 1980.

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