La temperatura que tenemos en la nevera que, por cierto, no debe ser superior a los cuatro grados positivos, ayuda a la conservación de muchos alimentos. Sin embargo, existen algunos productos que "no se benefician de estar conservados en el frigorífico, o que incluso salen perjudicados a temperaturas tan frías", según ha indicado en COPE Almería la nutricionista y experta en ciencia y tecnología de los alimentos, María Dolores Rubio Escobar.

A su juicio, existe un primer grupo de productos que se pueden refrigerar. Aunque no veremos mermada la calidad de los mismos, según señala, no tiene demasiado sentido conservarlos en frío.

SÍ PERO NO

• 1. Mermelada. Al tener tanta cantidad de azúcar, no hace falta que sea guardada (antes de ser abierta), en el frigorífico. Recordar que es un producto de consumo ocasional y que nunca sustituye a la fruta.

• 2. Postres lácteos pasteurizados después de la fermentación. En este tipo de productos encontramos en la etiqueta esta frase: “No necesita frío, puede guardarse y consumirse a temperatura ambiente.” Tienen en común que no son productos interesantes nutricionalmente pues tienen una cantidad muy elevada de azúcar añadida a pesar de destinarse a menudo al público infantil.

• 3. Muchos tipos de queso fundido en porciones. Los famosos quesitos con forma de triángulo y una envoltura de aluminio tradicionalmente han necesitado refrigeración. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, muchas marcas han optado por añadir conservadores. Esto hace que ahora se recomiende guardar en “un lugar fresco y seco”.

EL FRÍO DE LA NEVERA PUEDE ALTERAR EL SABOR, EL OLOR Y LA TEXTURA DE LOS ALIMENTOS

El segundo grupo de productos recoge alimentos que pueden verse afectados negativamente al ser conservados en refrigeración.

• Tomate. Si quieres disfrutar del sabor del tomate, el frigorífico es tu enemigo.

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• Patatas. A temperaturas frías, la patata se puede volver dulce y tener un atípico sabor que estropee tus platos.

• Ajos. En frío pueden endurecerse, mejor en un lugar seco y oscuro

• Cebollas. Como su pariente el ajo, la cebolla no necesita ser refrigerada.

• Chocolate. Con el frío es fácil que aparezca una capa blanquecina y que el sabor se vea distorsionado. A no ser que el clima sea demasiado cálido, mejor a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco.

• Café. En refrigeración puede captar olores y su sabor se altera.

• Aceite. No tiene sentido guardar el aceite en refrigeración porque vamos a cambiar su textura y no impregnará a los alimentos de forma tan buena por estar semisólido.