Imagen vergonzosa del fútbol portugués en el Belenenses - Benfica. A las 21.30h estaba programado el inicio del choque, que estaba marcado por un brote de COVID en el equipo local que afectó hasta 17 jugadores. Belenenses se presentó en el partido con 9 jugadores, dos de ellos del primer equipo y dos porteros (uno de ellos jugó en defensa), el resto eran jugadores del filial. Sin embargo, ante esta situación la federación portuguesa se negó a suspender el encuentro, y este, arrancó con total normalidad.

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O que é isto? Sou o único a não perceber o porquê do jogo não ter sido adiado? ????‍??

— Bernardo Silva (@BernardoCSilva) November 27, 2021

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A los 24 segundos, el Benfica ya mandaba en el marcador (0-1) tras un gol en propia puerta del Belenenses. A partir de aquí, el Benfica sumó seis goles más para llegar al descanso con un resultado de 0-7, y con el propio presidente del equipo local yéndose a los vesturios con lágrimas en los ojos al no poder creer ni ver lo que estaba sucediendo.

Para 'colmo' ambos equipos saltaron al terreno de juego para jugar la segunda parte, pero el Belenenses lo hizo solo con solo 7 jugadores porque dos de los 9 titulares, Antonio Montez y Diogo Calila, cayeron lesionados. El equipo local no quería jugar más y la estrategia fue clara; en el momento en el que el árbitro ordenó el inicio de los segundos 45 minutos, Joao Monteiro se tiró al suelo 'fingiendo' una lesión que precipitase el final del encuentro al estar disponibles solo 6 jugadores. En ese momento, y ante la imagen que se estaba dando al mundo, el colegiado Manuel Mota, después de tres minutos jugados, decidió que lo mejor era suspender el partido.

Todos los medios y aficionados al fútbol tacharon de vergonzosa la actuación de la federación portuguesa que se negó a suspender el partido en un primer instante. Una situación bochornosa que además, puede tener consecuencias para Belenenses. El Comité de Disciplina Deportiva de la Federación portuguesa de fútbol podría considerar un abandono deliberado del equipo local, si se ciñe al reglamento, y podría sancionar al club con una deducción de 5 a 8 puntos.

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El propio presidente del Benfica, el exjugador Rui Costa, fue de los primeros en reaccionar: "Los dos clubes fueron obligados a jugar", afirmó en rueda de prensa tras el encuentro. Es "una página negra en el fútbol nacional", recalcaba Rui Costa en la conferencia de prensa.

El propio Sporting de Portugal ha emitido un comunicado en el que asegura que lo sucedido es "una vergüenza para el fútbol portugués". Otros tildan de héroes a los 9 jugadores que saltaron al campo para enfrentarse al Benfica.