Reporteras de moda que van a zonas de guerra

No todos tenemos la suerte de estar en París para la semana de la alta costura. La crisis aprieta a los medios de comunicación y se entiende que hoy en día, hay muchas cosas que se pueden resolver online. Por ello, más y más firmas, tienen el detalle de ofrecernos los desfiles en directo en internet. Es más, muchos van tan lejos como llevar la experiencia del momento backstage pre desfile a nuestros salones, vía nuestro ordenador.

FOTO: La modelo Natalia Vodianova enfundada en un mono de Étam.

Así, para presentar su nueva colección by Natalia Vodianova, la firma francesa Étam, decidió unirse al fenómeno streaming un año más . Tuvieron la brillante idea de poner una intrépida reportera que se adentró en el universo pre-desfile igual que una reportera de guerra. Eso sí, una reportera de guerra, sin ninguna experiencia en moda, seguramente lo hubiese hecho mejor. La tal Aude Sarkamari (que se autodefine en su Twitter como experta en medios digitales, RRPP, estratégias, vídeos, eventos, comunicación, fotos, viajes, comida y más) se convirtió de forma inmediata, en posiblemente, la peor reportera del mundo.

FOTO: Natalia con su novio, Antoine Arnault, hijo de Bernard Arnault, en el desfile de Étam.

Nadie quería hablar con ella, porque todos estaban inmersos en sus labores, desde los peluqueros hasta los maquilladores o los invitados. Mientras sorteaba los cables de los secadores y las piernas extendidas de las modelos sentadas, nos deleitaba con frases como «¿Qué esta pasando?» O «¿Se me oye?», o transmitía información tan interesante como «hay mucha gente porque es un evento muy concurrido». Los únicos que se pararon a hacerle caso fueron… los blogueros. Uno de ellos explicó que había acudido a un encuentro con Natalia Vodianova, la estrella del desfile, esa misma mañana en el hotel Bristol. Por fin una información. O eso pensé. Porque acto seguido su gran exclusiva fue «¡es magnífica!». Genial.

FOTO: una foto que subió a su Twitter la reportera Aude con Natalia Vodianova, la misma mañana del evento.

Aude nunca llegó a la zona de estilismo, su objetivo, porque no pudo pasar entre el público que llegaba al desfile. Y es que cuando ya parecía que lo iba a conseguir, se dio cuenta de que se había equivocado de camino y estaba en una zona sin salida. Mientras tanto, el pobre cámara, que debía pensar que este sería su último trabajo en moda, nos regalaba eternos planos del interior de la escuela des Beaux Arts.

FOTO: un caniche color rosa, como los que desfilaron en Étam.

Cuando ya cortaron este triste reportaje, pudimos oir una voz en off de un señor hablando en inglés, con acento francés y voz afectada, pidiendo silencio a los invitados, ya que iban a hacer el ensayo general… Shhhhhhhhhh se oyó, qué miedo. El desfile empezó con una hora de retraso y lo mejor de todo fueron los caniches de colores que paseaban las modelos (sin previo coaching de César Milán). Con eso lo digo todo.