En un año "normal", por estas fechas Zaragoza estaría llena de flores, de fuegos artificiales, de música y de gente en las calles y los bares, pero el coronavirus se ha llevado por delante, como tantas otras cosas, la celebración de sus fiestas patronales, las dedicadas a la Virgen del Pilar, y también el buen ánimo de muchos de sus habitantes, tristes pero resignados.

Este sábado, 10 de octubre, habría sonado el chupinazo anunciador de las Fiestas del Pilar de 2020, suspendidas por la pandemia, y ante la posibilidad de que las reuniones sociales y las aglomeraciones de personas dispuestas a celebrar unos festejos que no se van a producir provocaran un repunte en la curva de contagios, sostenida pero no a la baja, el Gobierno de Aragón publicó el pasado miércoles una orden por la que Zaragoza se incorporaba a una fase 2 "flexibilizada" entre este jueves y el próximo 14 de octubre.

La orden limitaba aforos en comercios, bares y restaurantes, estableciéndolos en el 50 por ciento, el 75 % en el caso de las terrazas, con la prohibición de consumir en las barras, lo que provocó una inmediata reacción entre los hosteleros, que recurrieron la medida.

Este viernes, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha echado abajo esta medida, y ha autorizado el aforo completo en los establecimientos hosteleros, con el argumento de que "una mayor concentración de personas en estos días y que haya un mayor número de clientes potenciales no significa que los aforos en la hostelería vayan a aumentar".

El TSJA reconoce por tanto el perjuicio económico para estos locales de limitar su actividad en estas fechas, y más teniendo en cuenta que el Pilar supone un 10,28 % de los ingresos totales del año en los restaurantes y un 11,88 % en cafés y bares.

En el caso de los lugares de culto, se mantiene, como en la fase 2 estricta, un aforo del 50 %. Esta medida es especialmente importante en estos días, cuando la Basílica del Pilar se convierte en lugar de peregrinación de decenas de miles de fieles. De hecho, este viernes ya había filas en la plaza para poder acceder al templo para ver a la Virgen.

El subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Fernando Beltrán, ha apuntado en este sentido que la Policía Nacional y la Local ya tienen dispuesto el plan que permitirá vallar la plaza y controlar y limitar los aforos en este espacio en el caso se produzcan aglomeraciones que impidan mantener las distancias de seguridad a las que obliga la covid-19.

El cabildo ha establecido un control de aforos, con conteo de personas, para acceder a la basílica, que ha habilitado dos de sus puertas para la entrada y las otras dos para las salidas de los fieles.

Si se mantienen los niveles "adecuados" de personas en la plaza, que tiene 18.000 metros cuadrados, no habrá que tomar otras medidas, pero si hay aglomeraciones se procedería al vallado total, preparado para desplegarse en solo cinco minutos.

Esta mañana, el alcalde, Jorge Azcón, ha emitido un bando para recordar a los vecinos que este año no hay fiestas y pedirles que sean "solidarios", "conscientes" y "responsables" y que eviten comportamientos que ayuden a la propagación de la pandemia.

Por ello, parafraseando la canción popular que dice que "para el Pilar sale lo mejor", ha instado a los zaragozanos a que saquen a relucir la solidaridad, la prudencia y la sensatez que siempre les ha caracterizado.

Para limitar en la medida de lo posible esos comportamientos incívicos, se van a incrementar los controles, además de en la plaza del Pilar, en las riberas del Ebro -con un plan de iluminación especial-, en los parques y en lugares donde últimamente se están dando más concentraciones de jóvenes. EFE

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