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"Si no hay ningún problema antes, las revisiones a los niños deben empezar a los 5 años", Raúl Montero, óptico

Tiempo de lectura:3Actualizado20 ene 2023

¿Cuándo hay que ir al oftalmólogo o al óptico?

Silenciosas, asintomáticas y, a veces, irreversibles. Así son las enfermedades oculares: "problemas frecuentes que pueden derivar en limitaciones importantes si no se detectan a tiempo. Muchos padecimientos oculares graves no suelen presentar síntomas hasta etapas muy avanzadas, cuando el tratamiento ya no es igual de eficaz, o bien se abordan las complicaciones graves cuando ya son irreversibles", advierte la Sociedad Española de Oftalmología, de ahí, la importancia de acudir a revisiones oftalmológicas periódicamente y no esperar a que se desencadene una urgencia.

En esas visitas al oftalmólogo o al óptico se pueden detectar enfermedades en etapas tempranas y afrontarlas con los tratamientos adecuados para curarlas y revisar sus complicaciones. En España, según datos de la Sociedad Española de Oftalmología, más de un 70 % de la población adulta reconoce tener algún problema de visión. La cifra se dispara a2.200millones de personas con algún tipo de discapacidad visualen el mundo -datos de la Organización Mundial de la Salud-, en al menos 1.000 millones de esos casos, la discapacidad visual podría haberse evitado o todavía no se ha aplicado un tratamiento.

La OMS destaca que "la discapacidad visual supone una enorme carga económica mundial, ya que se calcula que los costos anuales por pérdida de productividad asociada a deficiencias visuales ascienden a 411.000 millones de dólares en todo el mundo" y subraya que en el caso de los niños pequeños con discapacidad visual grave van a sufrir retrasos en el desarrollo motor, lingüístico, emocional, social y cognitivo, con consecuencias para toda la vida. Los adultos con discapacidad visual presentan tasas más bajas de participación en el mercado laboral y de productividad y suelen registrar tasas más altas de depresión y ansiedad. Por ello, pide a los estados miembros que integren la atención oftálmica en los sistemas de salud.

La Sociedad Española de Oftalmología recomienda hacerse un examen visual al menos una vez al año, porque con esas revisiones rutinarias se pueden prevenir las complicaciones de diversos padecimientos oculares, siendo el más grave la ceguera. "Algunas de las causas de ceguera son la catarata, el glaucoma, la retinopatía diabética o hipertensiva y la degeneración macular. La ceguera por catarata se puede revertir gracias a la cirugía. El glaucoma y la retinopatía diabética o hipertensiva son tratables desde etapas tempranas con el objetivo de evitar que el paciente lleguea perder la vista. La degeneración macular también se puede diagnosticar y tratar precozmente".

Por lo tanto, ¿cuándo hay que ir al óptico o al oftalmólogo? En el caso de los adultos, "cuando notas que no ves bien ya sea de lejos o de cerca. En el caso de lejos cuando no ves bien la televisión o cuando conduces sobre todo de noche. De cerca, cuando no enfocas bien los objetos y necesitamos alargar para verlo ver. En el caso de los niños, cuando vemos que tienen problemas al leer o guiñan o tuercen algún ojo al mirar o en el caso de que los padre usen gafas porque son miopes", porque ellos también pueden serlo y hay que "llevar un control de esa posible miopía lo antes posible", responde el óptico-optometrista, Raúl Montero.

Si no hay ningún tipo de patología, "entre uno y dos años es el tiempo para hacernos una revisión habitual, si hay algún problema como la tensión ocular se debe ir cada seis meses o depende de la patología o de nuestro trabajo, de que nos exija tener muy buena visión", recomienda y recuerda que "a partir de los cinco años es la mejor edad para controlar la visión de los niños si no se detecta ningún problema antes. Si un niño tiene estravismo o miopías las revisiones son muy frecuentes. Para esta últimas se están haciendo revisiones cada tres, seis y anualmente para evitar que esa miopía vaya aumentando".

Los síntomas que nos indican que algo va mal en nuestra vista

Esas revisiones no son iguales para quienes trabajamos delante del ordenador o para personas que trabajan al aire libre. "Una persona que trabaja en el campo demanda menos ver cosas de cerca y sí una mayor protección para el sol. En el caso de una persona que trabaja en un taller dependerá si tiene ya correción visual como unas gafas progresivas", enumera el experto consultado por cope.es.

Por lo tanto, cada persona debe prestar atención a las señales que nos mandan nuestros ojos. Hay síntomas muy claros que nos hacen sospechar que algo no va bien: "si hay una bajada repentina de la agudeza visual, una pérdida de campo visual, un traumatismo ocular, un ojo rojo o muy rojo, o un dolor severo hay que acudir al oftalmólogo", subraya el óptico que va a detectar todo estas limitaciones y enfermedades y va a derivar al oftalmólogo.


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