¿Por qué están creciendo los casos de ictus en los jóvenes? Las razones por las que pasa y cómo prevenirlo

Hoy es el Día Mundial del Ictus e intentamos dar respuesta al crecimiento de la enfermedad con una experta, ya que en España se producen unos 120.000 casos

Redacción Digital

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 02:36

En este sábado 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una enfermedad que supone la segunda causa de muerte en España, la primera en mujeres, tal y como indica la Federación Española de Ictus (FEI). Hace unos días conocíamos la noticia del ictus de Kiko Rivera. El DJ de 38 años sufría un accidente cerebrovascular y era ingresado de urgencia en la madrugada del viernes 21 de octubre. Cuatro días más tarde, el lunes 24, el hijo de Isabel Pantoja recibía el alta después de pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Sin embargo, dentro del mundo del famoseo, Kiko Rivera no ha sido el único que se ha llevado un susto de este calibre durante este año. A Hailey Baldwin, modelo de 25 años y mujer del cantante Justin Bieber, le sucedía lo mismo el pasado mes de marzo. Y es que, a medida que avanza el tiempo, es más frecuente ver a adolescentes que padecen esta enfermedad.



Esta es la gran preocupación por parte de los expertos. La pregunta es, ¿por qué están creciendo los casos de ictus entre los más jóvenes? Para intentar resolver esta cuestión hemos hablado con la doctora Celia García Malo, neuróloga del Centro Integral de Sueño y Neurociencia (CISNE), que nos ha explicado qué está ocurriendo.

¿Por qué están creciendo los casos en los jóvenes?

El rango de edad en el que se sitúa esta patología suele darse, especialmente, a partir de los 75 años, pero cada vez ocurren más casos por debajo de los 55. Sin embargo, los expertos aseguran que el ictus puede darse en cualquier persona, aunque en personas jóvenes no es tan frecuente como en adultos. No obstante, ahora los accidentes cerebrales en estos perfiles se han disparado, ya que han crecido un 25% en 20 años. Y, según las cifras de la Sociedad Española de Neurología, cada año mueren más de 3.000 jóvenes tras sufrir un ictus.

"En personas mayores se relaciona más con lo que se considera factores de riesgo cardiovascular. En cambio, en jóvenes no se asocia claramente con estos factores. Sí que se relaciona con otros problemas de salud como pueden ser enfermedades autoinmunes, enfermedades propias de las arterias o enfermedades cardiacas", explicaba la neuróloga sobre lo que estaba sucediendo ahora, añadiendo que, actualmente, "la incidencia estimada es de 1 a 10 personas por cada 100.000 habitantes".



"Es cierto que, durante la pandemia, hubo una etapa en la cual fuimos bastante más sedentarios y, quizás, nuestro estilo de vida al ser diferente, las personas estábamos encerradas en casa, toda la actividad física que se considera un factor de protección frente a enfermedades vasculares de alguna manera se perdió durante ese periodo de tiempo", reflexionaba la neuróloga García Malo.

En los pacientes jóvenes, se considera ictus desde los 15 a los 45 años, tal y como señalaba la doctora Celia: "Entre los 15 y los 45 años, si ves un paciente con unos síntomas de focalidad neurológica que llamamos, debilidad, alguna simetría facial, problemas en la emisión del lenguaje, en la sensibilidad... No tiendes tanto como médico a pensar que va a tener un ictus, pero igualmente le tienes que evaluar, porque puede ser el caso aunque es más raro".


"En este caso, es muy importante que, cuando valoramos estos pacientes que son más jóvenes, no te puedes quedar solo en hipertensión, diabetes y colesterol, sino que tienes que mirar más allá: enfermedades hematológicas, arritmias cardiacas, malformaciones cardiacas... que son las causas de estos ictus tan raros", desgranaba la experta en neurología.

¿Cómo prevenir un ictus?

Ante esta pregunta, Amable Cima, profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, ha dado las claves a COPE sobre cómo prevenir un ictus: "Hay un componente de prevención primaria que tiene que ver con dos aspectos: primero, lo que es el cuidado médico, el cuidado de la salud; y, segundo, sobre todo, esa prevención va más dirigida a aquellos factores que son modificables, es decir, intentar no fumar, evitar el alcohol de manera excesiva, hacer ejercicio físico -un paseo diario de 45 minutos-, tener una dieta equilibrada, dormir las horas suficientes... Estos ya son cinco factores de protección que, si los llegamos a integrar en nuestra vida cotidiana, protegen significativamente a las personas que tienen problemas cardiovasculares", explicaba.