DIÁLOGOS COCINA

Bela Gil, la cocinera que aboga por la educación alimentaria en los colegios

La cocinera brasileña Bela Gil cree que es necesario que "la gente vuelva a las cocinas" y ha abogado para ello por llevar la educación alimentaria a los colegios y por enseñar a los hijos "a navegar en los mares de las cocinas y los huertos".,Esta activista, hija del cantante Gilberto Gil, que proclama que la biodiversidad también hay que "comerla", ha participado este martes en el Basque Culinary Center de San Sebastián en la última jornada de Diálogos de Cocina,

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 17:04

La cocinera brasileña Bela Gil cree que es necesario que "la gente vuelva a las cocinas" y ha abogado para ello por llevar la educación alimentaria a los colegios y por enseñar a los hijos "a navegar en los mares de las cocinas y los huertos".

Esta activista, hija del cantante Gilberto Gil, que proclama que la biodiversidad también hay que "comerla", ha participado este martes en el Basque Culinary Center de San Sebastián en la última jornada de Diálogos de Cocina, donde ha hablado de su propia experiencia.

Fue una adolescente que tuvo que recurrir a su abuela para aprender a hacer platos que en su casa nunca se cocinaron, una estudiante que se graduó en Nutrición, con un máster en la Universidad del movimiento Slow Food, que ve la cocina como "una herramienta cultural, sociológica y política capaz de cambiar el mundo".

Ha dicho que hoy en día en los países desarrollados "es más fácil no cocinar porque la industrialización lo permite", lo que ha dado lugar a 600 millones de obesos en el mundo que, unidos a los 800 millones que padecen hambre, crean "un combinado que cuesta al mundo 3,5 de billones de dólares al año".

Para Gil, éste "es el mejor ejemplo de que nuestro sistema alimentario está colapsado".

"¿Y cómo puede la cocina resolver esto? La cocina permite controlar nuestra dieta y nuestra salud, si no cocinas dejas tu salud en manos de las corporaciones, a las que no les importa", ha afirmado.

Ha explicado que, mientras para preparar unas patatas fritas en casa, solo se precisan patatas, sal y aceite, en un establecimiento de comida rápida se utilizan dieciocho ingredientes, entre ellos sirope de dextrosa para que estén crujientes y doradas.

"Solo quieren vender más y que te enganches. Si dependes de ese sistema acabas enfermando y dependiendo también de la industria farmacéutica. Que la gente esté sana no beneficia a las empresas de estos sectores", ha aseverado Bela Gil.

Ha insistido en que hay que aprender a hacer la comida en casa y también en el colegio.

"La educación alimentaria debe enseñarse también en las escuelas, es un arte fundamental para mí, como lo es la jardinería. No se enseña en las escuelas y es algo que deberíamos cambiar, porque el sistema académico no está hecho ahora para cuidar de ti", ha subrayado.