Agentes de la Policía Nacional han detenido en la localidad madrileña de Móstoles a una mujer que llevaba varios meses envenenando presuntamente a la familia con la que convivía, vertiendo lejía e insecticida en la comida y en la bebida de sus víctimas. Hasta que estas comenzaron a sentirse mal, lo que las llevó a denunciar a su compañera de piso.

Según ha dicho este miércoles en 'Herrera en COPE' María Fernanda, una de las víctimas, ahora está "muy bien" de salud, aunque ha sufrido dolores de cabeza y su hijo "diarrea y dolores de barriga". Al principio pensó que eran las cervicales o las gominolas, hasta que en enero se encontró "hormigas muertas" en una tortilla que había preparado. "Era pura patata y huevo", ha dicho sobre el modo en que la había elaborado.

Fue ahí cuando comenzó a sospechar que estaban tratando de envenenar a su familia. Más tarde, con un insecticida, la acusada trató presuntamente de envenenar la comida, vertiéndolo en pequeñas dosis en los alimentos. "Así fueron pasando los tiempos. Empezamos con los enfrentamientos. Mi hijo la confrontó y ella lo acusó de acoso sexual y de intento de violación", ha dicho.

Finalmente, María Fernanda denunció en la Policía que llevaban varios meses notando un sabor extraño y un fuerte olor, similar a la lejía, en los alimentos que dejaba preparados en su domicilio, tanto para ella como para sus hijos. La víctima trató de cambiar la cerradura de la puerta, pero la acusada la denunció por coacciones y María Fernanda tuvo que pasar una noche en el calabozo.

María Muñoz, portavoz de la Policía Nacional de Móstoles, ha dicho en COPE que "hay un informe de Policía Científica que refleja que en uno de los alimentos se detectó lejía. La familia detectaba un mal olor, que lo podían relacionar con lejía, pero llegar a la conclusión de que alguien te está metiendo lejía o insecticida es complicado", ha dicho.

Por el momento, a la acusada se le imputan delitos de tentativa de homicidio, aunque el caso está a la espera de juicio.