Este es el origen del sabor dulce y el color de la sandía: Su "pariente" más cercano es el melón de Kordofan

Las frutas, que destacan por sus colores vivos y sabores dulces, no siempre fueron como las conocemos. El tomate es el ejemplo más claro, traídos por los conquistadores españoles a Europa en el siglo XVI, eran de un color amarillento. Otro ejemplo puede ser la sandía, un alimento que reina en nuestra dieta habitual. Hace varios cientos de años, las sandías eran más pequeñas, su interior era blanquecino y su sabor mucho más amargo que actualmente. Por lo tanto, sabemos que la sandía ha sufrido un proceso de selección artificial por parte del hombre para llegar a ser como las conocemos hoy.

A pesar de que la historia del tomate se conoce, el origen de la fruta que tanto se come en verano y que le gusta a mucha gente es desconocido. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista 'PNAS' ha descubierto cuál es la procedencia de ese color rojo y sabor dulce que caracteriza a las sandías actuales, llamadas Citrullus lanatus vulgaris. El equipo de investigadores estadounidenses decidieron estudiar su iconografía antigua y secuenciar la genética de la sandía actual con otras seis especies de Citrillus. A través de los análisis genéticos detectaron que los melones de Kordofan de Sudán son los parientes más cercanos y, quizá, los progenitores.

El "padre" de la sandía

Esto implica que "las poblaciones de progenitores aún existen en las sabanas del Sahel oriental en la región de Darfur, posiblemente como relictos de un área de distribución anteriormente más extendida en partes del Sahara durante el período húmedo africano del Holoceno", explican los autores del estudio. Físicamente, el melón tiene un relleno blanco, aunque no amargo. Los expertos afirman que es probable que el sabor dulce fuese aumentando durante el transcurso de la domesticación. A lo que añaden que, “el color rojizo de la pulpa, causado por la acumulación de licopeno (pigmento orgánico), probablemente fue el resultado de la selección artificial”.

Es más, en varias ilustraciones en papiro egipcias, con una antiguedad de 4.450 años, ya se mostraban unos frutos cuyo exterior era de color verde con rayas verde oscuro. Este alimento, parecido a las sandías, aparecían dibujadas en bandejas junto con otros frutos dulces (por ejemplo, uvas). Esto hace sospechar a los investigadores que la sandía era dulce ya en esa época, se ingería en el valle del Nilo del Antiguo Egipto y, probablemente, había sido derivada del melón de Kordofan.

"Los parientes silvestres o progenitores de cultivos son recursos importantes para la reproducción y para comprender la domesticación. Si bien aún no está claro qué personas domesticaron la sandía, nuestro genoma de alta resolución a nivel de cromosoma para el melón de Kordofan proporciona un recurso sustancial para la reproducción de sandías. Por ejemplo, los melones Kordofan poseen alelos de resistencia a enfermedades significativamente diferentes en comparación con las sandías domesticadas", concluyen los autores en su estudio.